Los chicos del College Sprince [Completa/editando]

Joshua Maslow - Extra 💛

Joshua Maslow.

—Mierda —cerré la laptop antes de que abrieran la puerta de mi habitación.

¿Y la privacidad Joshua?

Bueno en esta casa no existe eso.

—Tesoro —mamá abrió la puerta —¿Cómo estás?

—Bien, mamá.

—Me alegra tanto escuchar eso, hice tu comida favorita; pollo frito.

—Mamá —me di vuelta junto a la silla de escritorio —, eso es delicioso.

—Pero aunque sé que te gusta y también sé que tienes mucha hambre, tu papá quiere hablar contigo.

Esa fue la verdadera razón por la que me escape del College Sprince, mi papá.

No es que él sea el mejor papá del mundo, pero honestamente quiero darle créditos porqué él se quedó y se hizo cargo de sus hijos.

Papá es todo lo contrario de la amabilidad, él tiene ese temperamento fuerte, frío y demandante, causa pavor cuando dice algo.

Sé que se preguntaran: ¿por qué te escapaste por tu papá y te expresas así de él?

Bueno, aquí va la respuesta. Sé que todos teníamos una razón para salir del College Sprince, la mía fue simple, sencilla y horrible.

Mi mamá me necesita más aquí que allá.

Recuerdo que ella siempre me llamaba y me decía que el director nunca me dejaba ir al menos un fin de semana, no sabía el por qué, ella quería que estuviera aquí.

Cuando Anthony mi hermano menor me dijo todo lo que estaba pasando en casa, no lo pensé dos veces para salir de ese internado.

Sin importar todo el desastre que provocamos yo quería estar aquí, porque mamá me necesitaba.

—Entiendo, y tienes razón, ya se me quito el hambre —respondí, me puse de pie y camine donde estaba ella —, pero tengo que ir a hablar con él.

—Lo sé, pero quiero que te mantengas al margen, tranquilo ¿okey?

—Sí mamá, no soy como él de impulsivo.

—Me alegra tanto que estés aquí, te extrañe mucho.

Le sonreí a mamá y la acompañe hacia abajo. Mamá estaba asustada y odio cuando ella esta así, me molesta que papá pueda causar ese temor en ella de esa forma.

Anthony estaba en el sillón acostado jugando algo en su celular que estaba en modo rotación, y papá estaba tomando una bebida.

Mire a mamá y ella me dio una de esas sonrisas que ella tiene, una de esas que te dicen: “todo va estar bien, tesoro”.

—¡Joshua! —el grito de papá fue quien me recibió cuando llegué a la sala donde él estaba —que grande estas, y no sé si cada vez que creces pierdes más el uso de razón.

—¿Qué? —dije, confundido.

—Te mande a ese internado porque no te quería aquí, no quería que siempre te metieras en las pláticas de adultos.

—Solo opinaba cuando algo no me agrada...

Mi frase quedó en el aire cuando él dio un paso hacia adelante y me miró muy serio.

—Es que nadie pedía tu opinión, Joshua.

—Papá, yo no quiero discutir —dije lo más tranquilo posible.