2.

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K A R A D A N V E R S

Acomodé por quinta vez mi vestido amarillo siendo duramente juzgada por los ojos cansados de mi hermana.

— Quítate eso.

Alex se incorporó y fue hasta el placard para sacar unos pantalones color negros — Ponte eso.

— Alex, es una bienvenida no un día de traba...

La pelirroja me calló lanzando una camisa celeste a mi rostro. Asentí a regaña dientes, la camisa se ajustó automáticamente a mi cuerpo precioso y bonito.

— Kara, dejá de halagarte mentalmente y vámonos.

— Eres una amargada, Olaf

La pelirroja me fulminó con la mirada y con una sonrisa radiante corrí lo más rápido posible de mi asegurada muerte.

Busqué con mis ojos a Winn pero aún luchaba por bañar a Jazz, la bulldog parecía burlarse de mi amigo y con sus pequeñas patitas le tiraba agua molestando al individuo. Me acerque cautelosa y pronto la mascota de mi vecina gimoteo capturando mi atención, sacó su lengua al cumplir su misión de tenerme frente a la ducha y ladró asustando a Winn.

— Kara, te amo pero ¡Es imposible! — gritó refiriéndose a Jazz — Mírame ¡Me empapó!

— No entiendo como un costal de cuatro kilos pudo contigo.

El castaño me miró indignado para luego proceder a intentar sacarle la pintura azul al bulldog. Según Lillian, su hija iba a sacarme los riñones con un cepillo de dientes y meterlos sin cuidado alguno en mi recto prohibiendo mi defecación.

Winn estuvo bastantes minutos bañándola pero había que aceptar que la mascota de Lena quedaría azul varios días.

»Lena«

Hasta su nombre me daba escalofríos. Vi como mi amigo secó a Jazz y le colocó un aromatizante agradable que pareció gustarle a la perra porque salió del baño con elegancia y altanería.

— ¡La parrilla está lista!

La voz ruda de mi padre nos sacó de nuestras bromas pesadas, Winn lavó sus manos y yo arreglé mi cabello para que el desgraciado no se metiera en mi boca a la hora de devorar la comida.

Salí directamente al jardín trasero dónde mi madre se encontraba acomodando los lugares. Alex miraba su móvil ignorando completamente a su esposa Maggie, tuvieron una dura pelea hace una hora y ninguna deseaba arreglar nada por el momento. Winn corrió a tomar el asiento junto a la parrilla para tener mayor acceso a robar la carne sobrante, Jazz corría por toda la extensión del jardín con alegría siendo seguida por Metralleta, mi conejo.

— ¡Danvers!

Me giré casi rompiendo mi cuello para ver a Mon-el entrando con una carretilla de construcción repleta de cerveza.

— ¡Nos pondremos hasta el culo de alcohol!

Solté una ruidosa carcajada mientras mis padres negaban divertidos, por primera vez en el día Alex vió interesada esas decenas de botellas y mi padre sin perder el tiempo capturó una para beber el contenido.

Eliza abrazo rápidamente en forma de saludo a mi mejor amigo y fue por jugo de naranja para ella. Mon-el se acercó mostrando una sonrisa pervertida con dos cervezas a lo que acepte sin contemplaciones.

— Eres el mejor.

— No jodas, Danvers. Mejor búscate una pareja.

Golpeé su hombro con fuerza pero fui interrumpida por mi hermana mayor — Así no.

Desorden de estrellas (CORRIGIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora