16.

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L E N A L U T H O R

El tiempo transcurrió de manera frenética, era fastidioso ver cómo el verano arrastraba mi estación favorita; primavera.

El humor que llevé a lo largo de este tiempo fue intocable, casi demoníaco, Sam ni siquiera era capaz de dirigirme la palabra para preguntar por mi vecina como recurrentemente lo hacía.

Lex... Fue un caso aparte, nuestra madre le habló de Kara Danvers y ahora se llevaban como grandes amigos, me enfurecía oír como halagaba a esa rubia patética sin moderación y exagerando absolutamente todo.

Kara, maldita estúpida, le dije que iba a lastimarla y aún así insiste en permanecer cerca. Todos los días Sam da un aviso de que se encuentra fuera de mis oficinas preguntando si podía pasar, negaba rotundamente cada cita y al ver las cámaras la encontraba inflando sus mejillas y pateando el aire.

Entrevistas, citas, reuniones y plumerias. Esas cuatro cosas resumía Kara, intentaba verme por medio de cada estúpida excusa pero con el paso de los días la rubia dejó de insistir.

Una ola de decepción se instaló en mi estómago en creer que finalmente se alejó como tanto pedí, exactamente anoté en el calendario que había transcurrido un año desde que la insoportable chica entró a mi vida en paquete de vecina.

— Lena Luthor — la sonrisa delicada de mi madre fue un detonante para saber que estaba en problemas — ¿Cómo has estado?

— Madre

— Nada de madre ni mami Luthor — gruñó — Deseo saber con argumentos válidos y científicos de por qué razón le prohibiste a Jazz estar con su amigo Metralleta.

— Porque es mi mascota y la voy a educar como quiero.

— Lena Keiran Luthor — maldición, estaba enojada — No entiendo cual es la razón de porque huyes de Kara pero estás siendo completamente irracional en dejar que Jazz sufra las consecuencias.

— No tengo problemas con Danvers. — murmuré metiendo la cabeza en la computadora frente a mi.

— ¿Esas son las plumerias que envío hace tres días? — apuntó el bote de basura — ¿Acaso sabes su significado?

— No me interesa saberlo — recibí un golpe en la cabeza con la revista de Catco — ¡¿Qué demonios?!

— Tienen un significado especial para Kara, si lo supieras no te comportarías como una niña pequeña — mi madre inhaló profundamente y sonrió — La pequeña Danvers anda muy unida con la princesa londinense.

— ¡¿Y a mí que putas me importa si está con la arrastrada de Diana?! — Lilian comenzó a reír en carcajadas sonoras — Uhg, solo no hables de ellas.

— ¿Celosa? Cariño, si te gusta Kara solo ve y díselo — elevé una ceja interrogando su comportamiento inmaduro.

— No me gusta Kara Patética Danvers — una puntada en mi pecho me hizo retractarme de lo dicho pero cerré la boca antes de soltar la lengua de más — Solo dime cómo está Lex.

— No cambies de tema, Luthor. Eres tan obvio frente a tu madre, estás enamorada — río como niña pequeña — Ah, y Lex está con Kara. Ambos están en un proyecto con Prince Empire para construir un refugio de animales en honor a Metralleta.

— ¿Desde cuándo Lex ama los animales? — me encontraba tan irritada por los cambios drásticos que tenía mi circo social y mi maldita vida — Recuerdo que odia con el alma todo lo que respire y no sea humano.

— Pues Kara le enseñó a amar a quien te da amor, parece que su pequeño conejo le ablandó el corazón a tu hermano y ahora quiere salvar a todos los animales de la calle — mi madre me mostró los detalles del proyecto que Danvers publicó en la revista de Catco — Se llevan maravillosamente los tres.

— Diana y Lex amigos ¡Que estupidez!

— Kara unió dos imperios sin saberlo, Lenita — usó mi nombre en diminutivo, odio cuando mi madre hace eso — Te pierdes de cosas bellas por encerrarte aquí tratando de ignorar a la mujer que te roba suspiros.

— ¡Mamá! — golpeé el escritorio furiosa.

— Está bien, Luthor — Lilian me observó decepcionada — Intento ayudar pero recuerdo que desde hace años dejaste de ser la niña alegre.

Se irguió despacio arrasando con su particular elegancia dejando en mi oficina una sensación triste.

— Mamá — susurré apenada.

— Len, no es tu culpa. Solo debes entender que encerrarte en dolor en lujoso edificio no van a curar tus heridas — intenté refutar y pelear por la razón pero aquello sería una batalla perdida — Jack fue un desgraciado, de eso estoy completamente segura... Pero Kara no es Jack, deberías notar la inocencia en sus ojos azules en lugar de ver perversidad como en los de tu ex.

— No estoy para esa mierda del amor.

— No hablo de amor, hija. Amar a Kara tendría que ser tu recompensa luego de años siendo infeliz, te quiero ver feliz pero si huyes cómo estás haciendo ahora... Solo te estrellarás contra una fuerte pared.

— Yo n-no quiero volver a equivocarme — me abracé a mi misma con tristeza — No quiero que vuelva a suceder.

— Kara sería incapaz de hacer algo malo como lo hizo Jack — Lilian se mostraba tan segura.

— Jack también era tierno y luego me mostró su verdadera personalidad.

— Kara no golpearía a una mujer — defendió.

— ¡Jack me rompió, mamá! — un nudo se subió a mi garganta destrozando mis barreras sentimentales — Él prometió hacerme feliz ¡Y me hirió!

— Cielo, tranquila — era tarde, la bomba dentro de mi había explotado.

— Yo estaba tan cegada, tan cegada que perdonaba todos los malditos golpes — las lágrimas no tardaron en aparecer y el semblante de mi madre se endureció forzando una calma extrema — Me humillaba, me golpeaba, me hizo tantas mierdas y seguía a su lado porque creía amarlo.

— Cariño — Lilian corrió a mi salvación y me tomó con fuerza en sus brazos maternos — Eres fuerte, vas a superar todo lo malo del pasado.

— ¿Y si no puedo? — mi madre barrió el recorrido húmedo de mis mejillas — ¿Y si no puedo amar a Kara como merece?

— Solo deja que tus sentimientos desborden y vacía completamente tu interior — me regaló una media sonrisa — Sacando todas las emociones negativas podrás darle lugar al amor que sientes por ella.

— Necesito tenerla lejos para reparar mi corazón y no dañarla, mamá — la mujer mayor frente a mi besó dulcemente mi cabello — Estoy enamorada y la estoy cagando.

— No puedo decirte que hacer, Len, pero puedo darte un consejo de retomar las riendas de tus sentimientos para hacer lo que se te plazca con ellos... Sin lastimar a Kara, no lo merece.

Nos quedamos mirando el gran ventanal de mi oficina unos eternos minutos, deseaba detener el tiempo para no enfrentar la realidad que sabía me rodeaba pero a veces desear algo solo acaba en tragedia.

— Sam, ¿Qué sucede? — mi mejor amiga entró de manera atropellada con el semblante preocupado.

— Jazz... — un zumbido apareció en mis oídos debido al shock que sentí — La cuidadora dijo que zafó su correa y huyó.

— ¡No no no! — la molestia me abrumó y terminé echando afuera a mi madre y Sam — ¡Joder!

Marqué a todas los lugares de atención canina para que busquen a mi mascota y sin más también usé por primera vez en años un automóvil para ir tras Jazz.

Mi móvil sonó dando paso a una llamada, atendí creyendo que eran servicio de búsqueda pero resultó ser otra persona.

— Lee, estoy buscando a Jazz con mis amigos — su voz fue un maldito calmante para mis nervios — No te preocupes, cielo, la encontraré.

Colgó la llamada.

»Cielo«

Desorden de estrellas (CORRIGIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora