27.

3.6K 354 69
                                    

L E N A L U T H O R

Verla con ese vestido era una tentación para cualquiera, su cabello recogido y esos lentes solo hacían que la desee más que nunca. Sus ojos se cruzaban con los míos y esa sonrisa traviesa me estaba enloqueciendo, quería montarla sobre la mesa y hacerla mía tantas veces que al salir de L-corp no pueda ni caminar normalmente.

— Lena, dejá de mirarme como si quisieras tener sexo en este instante — demandó, llevé la copa de vino a mi boca y bebí con los ojos aún en Kara — Basta, no sigas.

Noté su nerviosismo y el movimiento frenético de su pierna, tragó con fuerza el pedazo de carne para luego beber de manera apresurada el vino a su lado. Se irguió cruzando sus brazos, me separé levemente de la mesa y le señalé mis piernas.

— ¡Lena! — chilló avergonzada.

Comencé a reír, ella es tan tierna, me acerque a Kara perdida en el azul de sus ojos. Aspiré su aroma a manzanas dejando que toda esa paz que me trasmite me invada por completo, acaricié su barbilla recibiendo un suspiro cargado de anhelo.

Nunca voy a poder descifrar que es Kara para mí, es ese intermedio que se estanca en tu corazón sin desear salir. Comprendí que todo en esta mujer me volvía loca, como cuando la escuché reír por primera vez, en ese instante entendí que no habría felicidad sin ella.

Kara era la personificación de sensibilidad y ternura.

Yo estaba rota, era un caos.

Pero me daba completamente igual estar hecha mierda si la mujer frente a mí me miraba con esa chispa que solo nosotras entendíamos; amor.

— Sé que probablemente no confíes en mí — Kara alzó su mirada para conectar con la mía — Pero necesito que creas todo lo que diré.

Mis ojos ardieron amenazando con dejar salir una cascada de lágrimas, el corazón latía en mis extremidades con euforia y los sentimientos me lanzaron a los brazos de mi amada.

— Lee — susurró logrando erizar mi piel — Dame una buena razón para darte una oportunidad.

Tragué en seco dolorosamente, con la adrenalina recorriendo mis venas me atreví a llevar mis manos a su cintura y pegarla a mi cuerpo — Dame una razón, Lena.

— Te amo — solté — Sé que hice muchas cosas mal y no tienes idea de cuánto me arrepiento. Me siento terriblemente mal sin ti, es como si una bala de tristeza me atravesara el pecho dejándome vacía. No tengo idea si eres valiente o demasiado terca, me inclino por lo segundo pero es que, Kara, la vida se cansó de romperte una y otra vez y sigues de pie.

Mi estrella lloraba sin vergüenza, vaciando su alma escuchando como le abría mi corazón.

— Eres de esas mujeres que aunque le den tremenda golpiza sigue sonriendo, admiro tanto eso de ti, Kara. El universo te a demostrado tantas veces que el amor es una basura, algo pasajero, fugaz como una estrella pero sigues dispuesta a amar con cada uno de tus huesos. — me acerque rozando su nariz con la mía — Eres magia, Kara, amo todo de ti. Cuando me pierdo en las constelaciones de tus ojos y me muero en tu sonrisa, eres todo lo que está bien en mi vida ¡Lo juro!

Rao, ayúdame a no desmayarme.

— Eres ese examen que pasaste sin haber estudiado, la felicidad de un niño en navidad, el gol de la victoria en la última jugada, como un domingo en ropa interior sin hacer nada, como el primer trago de café en la mañana o la cerveza fría en una tarde calurosa. Kara, eres tanto y no logro entender como carajos pude irme cuando solo quería quedarme contigo, oliendo tu loción de manzanas y besando tus dulces labios... — la primer lágrima se deslizó por mi mejilla — Tengo que ser sincera, tengo el corazón partido en mil pedazos pero cuando te miro me creo capaz caminar entre esos filosos vidrios para abrazarte.

Desorden de estrellas (CORRIGIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora