Desorden de estrellas (CORRIGIENDO)

30.

L E N A L U T H O R

— ¡Lena Luthor! — la voz demandante de Eliza Danvers me hizo abrir los ojos sorpresivamente — ¡Sal de dónde quieras que estés!

— Rayos — murmuró Kara — Van a matarnos.

— ¿Acaso se nota mucho? — ironice, una sonrisa alegre adornó el rostro de mi rubia — No hagas ruidos, quizás así no nos encuentren.

Oh sí, estábamos escondidas bajo el escritorio de mi despacho. La sorpresiva noticia de que Kara aceptará ser mi esposa llegó a todos los medios y, ahora toda nuestra familia estaba afuera buscándonos para matarnos.

— ¡Kara Danvers! — ella abrió su boca al oír la voz de Diana — ¡Ven aquí!

— Rao, ayúdanos — exprimió una carcajada, cubrí sus labios pero olvidé que la maldita rubia era todo menos silenciosa — ¡Maldición!!

Las pisadas se acercaron hasta mi despacho, vimos demasiadas piernas y sin duda el brazo que cazó el cabello de Kara fue de Alex.

— ¡Au! — chilló — Oh, hermanita adorada de mi corazón.

La pelirroja tenía el ceño fruncido y una expresión de "Lena Luthor tienes tus días contados". Lilian traía sus brazos cruzados al igual que Eliza, nuestras madres inyectaron sus ojos en ambas y ni hablar de Diana que pisó mi pie.

— ¡Auch, Diana! — me quejé furiosa — ¡¿Qué ocurre contigo?!

— Cállate, Luthor — exigió Lilian — Diana está de nuestro lado.

— Okey... — susurró mi prometida intentado huir pero Eliza se atravesó en su camino — Mamita hermosa.

— Nada de mamita hermosa, Kara Danvers.

Ambas fuimos arrastradas hasta la sala donde un perfecto desorden de ropa se hallaba ahí, Kara esbozó una sonrisa pícara y me tocó darle un codazo para que se comporte. Lilian me hizo una seña con sus ojos para que me siente, Alex le dió un golpe en la cabeza con su dedo del medio a Kara por internar correr lejos de aquel interrogatorio.

— No dejas de meterte en problemas, delincuente Luthor — gruñó severamente la pelirroja — ¿Cómo se te ocurre dejar que me entere de su compromiso por los medios?

— Nos enteramos — aclaró Diana.

— En defensa de mi futura esposa — Kara sonrió — Fue la adrenalina de los orgasmos.

— ¡Kara! — mi rostro tenía todas las tonalidades roja mientras ella solo aplaudía como una niña feliz — Fue ¿Felicidad?

— Pues mínimo un mensajito — demandó Lilian — Tendré una nuera y me enteré por un periodista novato.

— En defensa de mi futura esposa — volvió a decir Kara.

— Amor, cállate — froté su rodilla, sabía que diría algo que nos dejará en evidencia y era mejor dejar que la mayor hablará — Nos vamos a casar y fin del comunicado.

Los ojos de todos los presentes brillaron, sentí la fuerza inminente de un huracán de emociones cuando uno por uno se lanzaron para envolvernos en sus brazos.

— Felicidades, Lena. Te lo mereces — murmuró mi madre solo para que yo pudiera escuchar, tragué el nudo en mi garganta y apreté más aquel abrazo — Serás feliz.

— ¡Tendremos boda! — gritó Alex — Más les vale darme sobrinos.

— Ya estamos en eso — demandé y Kara abrió su boca.