13.

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K A R A D A N V E R S

Flashback: hace 9 años.

— ¡Hey! — intenté caminar lo más rápido posible alejándome de aquella voz — ¿A dónde vas, Kara Obesa Danvers?

Maxwell me sujetó de la playera moviendo bruscamente la mano, mi cuerpo se sacudía con cada movimiento y en cuanto intenté apartarlo él simplemente me tiró al suelo.

— ¡Aléjate de ella! — Mon-el le dió un golpe seco, certero y doloroso. Me quedé estupefacta viendo como uno de mis mejores amigos peleaba mis luchas, me sentí impotente y vulnerable — ¡No te quiero cerca de Kara! ¡¿Me oyes?!

— Arriba, rubia — Winn me ayudó a levantarme, aún no salía de ese trance mental dónde era la estúpida adolescente blanco de insultos por parte del grupo popular de la preparatoria.

Me eché a llorar con cada paso que daba lejos de Maxwell, sus 16 años eran la peor mierda de su vida, constantemente sufría aquel tipo de agresiones y era defendida por Mon-el siendo sacada del escándalo por Winn. Quería gritar y pelear contra él pero era tan imposible cuando era el doble de mi altura aunque yo fuera el doble de su peso, pensé que ir por Alex pero correr a los brazos de mi hermana mayor sería mal visto por cualquier adolescente ponzoñoso aunque sería divertido ver a Maxwell ser sometido por la pelirroja.

— Doble mi tobillo.

— Max hizo que te lastimaras, es un hijo de puta — era raro oír maldecir a Winn, él siempre decía que un mal vocabulario amargaba alegres personalidades — Lo mataría sino fuera porque Mon-el lo está haciendo.

— Winn, se meterá en problemas — mi amigo negó divertido, corrompiendo su aura inocente — ¿Qué sucede?

— Alex sabe sobre el grupo de populares... — rechine los dientes, mierda, ella matará a todos — Sé que Alex no puede golpear civiles porque su carrera se lo prohíbe así que seguro ahora mismo le está diciendo a Mon-el como golpear a cada uno de ellos como Danvers puño poderoso lo haría.

— ¡No pueden luchar mis guerras!

— Kara — susurró con ternura — Es Alex, siempre sabrá si algo le pasa a su hermanita e incluso bajaría hasta el fondo del infierno a patearle el trasero al diablo por ti.

— De eso tengo miedo, Winn, no quiero que cometa una estupidez por la imbécil de su hermana. — limpié el rastro de lágrimas siendo consumida por la culpa.

— Pues sí, eres imbécil pero no por esto. Kara, sé que crees todo lo que Maxwell dice sobre ti y créeme, nos importa tres hectáreas de mierda si pesas 90 kilos o si fueras tan delgada como un palillo, la opinión de todos esos seres que dicen llamarse humanos son una bola de imbéciles y esos sí de los malos. — fijé los ojos en Mon-el que caminaba triunfante con Alex palmeando su hombro y tras ellos una figura que no logré reconocer — No nos importa tu físico, no nos importa si eres inteligente o burra, me da igual todo el acné de tu rostro y tus dientes cubiertos con frenillos. Kara, míranos, — señaló a las tres personas más importantes de mi vida, Alex, Mon-el y sin duda alguna se apuntó el mismo. Un par de ojos curiosos se fijaron en mi y una sonrisa amplia surco su lindo rostro — Tú eres perfecta, nosotros te vemos perfecta con tus millones de imperfecciones.

— Winn, eres muy cursi — interrumpió Alex — Pero has dicho exactamente lo que pienso, eres perfecta Kara... menos cuando demoras años en el baño.

Una risa lejana llenó mis oídos y fue cuando mi hermana recordó su presencia — ¡Imra! Lo siento tanto.

— Descuida, Danvers, debes defender a tu hermana — vi que la sonrisa de Imra combinaba a la perfección con los latidos desenfrenados de mi corazón — Es un tesoro.

Desorden de estrellas (CORRIGIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora