Capítulo 25.

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ᴜɴᴀ ᴄᴇɴᴀ ᴄᴏɴ ᴍᴜᴄʜᴀs ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇs...

La tarde paso con tranquilidad, los chicos bromeaban y Alan... Bueno Alan se fue después de dejarme en casa de Harrison, es un gran chico. Harrison me ha traído mil cosas para que coma, porque no lo he hecho en todo el día y sigo sin querer hacerlo. Lo haré en la cena que tendremos con mi madre. La cual Harrison se encargó de planear y arreglar, me pregunto por su comida favorita y se encargó de pedirla, al igual que la mía y la de él. Fue a mi casa para acomodarla y limpiarla. Yo no pude ir, no quiero entrar ahí. Los chicos se quedaron hasta que Harrison regreso.

- Adiós pollito cojo.- Dice Oliver y yo ruedo los ojos.- ¿Qué? ¿Es mejor pollito sin pata?

- No soy un pollo, aceituna.

- Pero pareces uno, uno muy gruñón de hecho.

- Estoy de acuerdo.- Dice Harrison y Oliver alza sus dos cejas queriendo decir un "¿Ves?"

- Los odio.

- A mí me amas y bueno a este... Lo deseas pero esos son otros cuentos.- Dice Oliver y Harrison empieza a reír a carcajadas. Les hago una peineta con mis dos manos.- Esos modales.

- Metetelos por...

- Que pollo tan agresivo, enséñale modales.- Dice Oliver y Harrison asiente riéndose de la situación.- Adiós Queen Toronja.

- Adiós puta aceituna.

- Puta no, putísima.- Bromea Oliver lanzando un beso al aire. Lo veo irse con Kate, que ya se encuentra en el auto.

- ¿Desde cuándo se llevan bien?

- Desde que fuimos a la cabaña... Para ser más específico, la noche en la que me dijiste que era un papasito irresistible y que darías todo por estar conmigo.

- Nunca dije eso Harrison, bájate de la nube.

- Pero es lo que querías decir.

- No, ni en tus mejores sueños, cara de nalga.

- ¿Qué obsesión tienes con las nalgas? En serio Blair me preocupas.- Brome y yo le hago una peineta.

Lo veo reír como desquiciada, me alejo de el porqué empieza a darme miedo, me siento en el sillón y él viene tras de mí, empieza a calmarse y luego mira el reloj de su muñeca.

- Mierda.- Dice y su semblante se vuelve totalmente serio.- Se nos hace tarde para buscar a tu madre, Blair.

Lo veo tomar las llaves del coche y luego viene por mi, pero yo me niego.

- ¿Que pasa, ahora prefieres que te cargue Alan?

- Estúpido.

- Un estúpido al que amas.- Dice guiñando un ojo.

- Que creído te lo tienes.

Nos dirigimos hasta la entrada, Harrison me ayuda a bajar los escalones de la entrada de su casa y luego cierra la puerta. Me abre la puerta del coche y me ayuda a subir, guarda mis muletas en la parte de atrás y luego se sube en el coche.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora