Capítulo 31.

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ᴇɴᴛʀᴇs ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏs ʏ ᴏᴛʀᴀs ᴄᴏsᴀs.

Pude ver a mi tía y Harrison no mentía, si estaba muy mal de salud, un montón de máquinas estaban conectadas a ella, lo más probable es que solo le quedarán un par de días de vida, me dolía pensar en que mi único familiar (Por lo menos el único que conozco o recuerdo), muera, no la recuerdo a la perfección, solo ciertas cosas de ella pero se igual me da esa sensación de vacío.

Ahora me encontraba yendo a casa de Harrison, ya que este insistió en que durmiera hoy ahí, no quería llevarme a mi casa porque tiene miedo de que recuerde todo de golpe y me desmaye por el estrés postraumático. A él aún no lo recuerdo con claridad, pero por lo que me han contado y por lo que he podido apreciar se que me tiene cariño.

- Llegamos.- Dice Harrison estacionando el coche fuera de una gran y hermosa casa color gris. Mi boca se abrió al ver que el vivía aquí.

- ¿Es-esta es tu casa?- Digo sorprendida y el suelta una carcajada, asiente levemente y yo no puedo evitar preguntar:- ¿Acaso eres narco?- Empieza a reír a carcajadas y yo simplemente no puedo creer que está sea su casa.

- Blair, no soy narco, pero estoy enamorado de la droga más hermosa del mundo y a la vez más dolorosa... Tú.- Dice con una sonrisa ladina en su cara.

- Eso fue... Espera, ¿Ahora soy una droga?- Suelta una última carcajada y niega con la cabeza divertido. Baja del coche y da la vuelta, abre mi puerta e intenta cargarme. Frunzo el seño al no entender nada.- ¿Que haces? Puedo caminar.

- Cierto, lo siento.- Es lo único que dice y se aleja de mí.

Espera a que baje del coche y cierra la puerta, camina hasta la entrada de la cada y abre la puerta espera a que yo entre primero para después hacerlo el.

Todo me resulta incómodo cuando estoy cerca de Harrison, no se porque, se que somos novios pero simplemente no puedo estar tranquila cuando está el y menos cuando no logro recordar nada que tenga que ver con el. A mis amigos tampoco los recuerdo pero de cierta forma me siento tranquila con ellos, no siento esa presión para recordarlos rápido. Harrison no me dice nada por no recordarlo, pero a veces actúa dolido y lo entiendo, no me imagino que debe ser tenerle cariño a alguien y que esa persona no se acuerde de ti.

La imagen de una persona viene a mi, es el mismo chico de mi pesadilla en el hospital, el me está ahorcando y atrás de el está Oliver... Todo esto es muy raro.

¿El me dejó en coma?

Otro recuerdo viene a mí, somos el y yo comiendo un helado en lo que parece ser un parque, está sonriente y yo tengo los nervios a flor de piel.

- ¿Te pasa algo?- Dice Harrison, haciendo que me sobresalte.

- Carter...- Digo recordando el nombre de ese chico, el chico sonriente que comía helado y a la vez el demonio que me ahorcaba.

- ¿Lo recuerdas?- Dice y siento cierro temor en su voz.

- Sí, el me ahorcó, Oliver lo alejó de mí y... No hay más.

- Poco a poco, Blair, no te fuerces.

- Es frustrante.

- Lo se, reina, lo sé.

- Reina...- Repito y viene un recuerdo de Harrison cargándome como princesa.- ¿Tenía un yeso?

- Sí, ¿Lo recuerdas?

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora