Extra 1.

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Capítulo 1.

Harrison Blake.

Verla de lejos era estresante, no podía seguir así, quería hablarle, escuchar su hermosa risa, soportar su sarcasmo... Verla arrugar su nariz cuando algo le molesta, ver sus hermosos ojos verdes. Quiero volver a tener a mi espanta personas cerca de mi. He odiado estos años en los que no me decían la verdad, ella me olvidó, lo sé pero simplemente no puedo hacer lo mismo, no puedo olvidarla y ya.

Siempre me colaba por su balcón y la veía leer o escuchar música, bailar como loca por la habitación, la veía a ella y su hermosa esencia.

Estaba fuera de su casa y vi como una una señora entro a la casa, no recuerdo que su madre fuera así, pero no presto mucha atención a la mujer, mis ojos están fijos en ella y en como llora desconsoladamente mientras lee, me gustaría abrazarla pero no puedo, no ahora. Veo a través de la ventana como la mujer le dice algo y Stella le responde de manera simple, la señora parece molestarse y se marcha a lo que si mal no recuerdo es la cocina, Stella la ignora y sube hasta su habitación. Me gustaría subir pero no es buen momento, no quiero que nuestro encuentro sea así, quiero que sea épico.

Regreso a casa, entro en la cocina y me preparo algo de comer. Mientras hago la comida pienso en ella, todos estos años ha estado en mi cabeza, es alguien difícil de olvidar una vez que la conoces bien, una vez que la quieres.

Empiezo a comer en la sala mientras veo los Simpsons, no puedo concentrarme en lo que pasa en la caricatura, algo dentro de mí me pide a gritos que vuelva a su casa, que hable con ella o por lo menos que logré verla de nuevo.

He estado viendola desde que supe la verdad, quería saber si seguía siendo la obstinada chica que tanto me gustaba y que me volvía tan loco, la chica que a pesar de todo este tiempo seguía en mí cabeza. Por lo que había visto seguía siendo igual, había cambiado un poco pero seguía siendo mi espanta personas.

Sin pensarlo dos veces salí de casa y corrí hacia la suya, era un poco lejos pero me daba igual, solo quería verla, quería molestarla y sacarla de quicio.

Una vez en su casa, me dirigí hasta su balcón, salte y trepe por el, hasta caer en el.

Espero que no haya escuchado eso.

Espero unos segundos y escucho como ríe, sin más voy hasta las puertas corredizas e intento abrirlas sin hacer tanto ruido en el intento, logro abrirla y paso escondiéndome por la estantería de libros que hay cerca, veo como ella se levanta y se acerca con un jarrón en sus manos, una vez que ve la puerta un poco abierta se pone totalmente pálida, quiero reír por su reacción pero me contengo, veo como quiere salir de la habitación así que sin pensarlo volteo a la estantería y digo.

- ¿Es en serio?- Suelto sin más viendo sus libros. La miro de reojo, está quita, no hace ningún movimiento y eso me causa gracia.- ¿No tienes nada más interesante?- Se lo mucho que odia cuando se meten con sus libros, así que espero a que diga algo, pero solo la veo darse la vuelta, la miro por el rabillo de mi ojo sin que ella lo noto y veo como me mira de pies a cabeza.- ¿Acaso no sabes hablar?- Me burlo y sonrió de lado. Veo como por un segundo sus ojos se centran en mis labios y digo:- Vaya... ¿Ahora ves mis labios? Qué rara eres.- Contengo la risa al ver su cara roja por la vergüenza.

- ¿Qui-quién eres?- Su miedo es evidente y por primera vez pienso en lo diferente que fue nuestro encuentro cuando nos conocimos... Antes seguramente me hubiese lanzado ese jarrón sin pensarlo.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora