Capítulo 35.

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ᴅɪsᴛᴀɴᴄɪᴀ...

Los chicos se habían ido porque ya era tarde, no he visto a Harrison desde que se fue y el miedo de que esté haciendo algo malo por mi, me mata. Son las 10:45 p.m. y no hay noticias de el, Oliver dijo que no me preocupara, que Harrison no es idiota, después de todo solo le falta poco para graduarse y no arruinaría eso. Y tal vez tiene razón, pero no conocía este lado de Harrison, lo nuestro empieza a ser enfermizo...

Escucho el timbre de mi casa, pero decido no abrir, no quiero ver a nadie y menos a él. Se que es estúpido lo que hago, después de todo lo hizo por mí... Pero matar es mucho...

Estoy acostada de lado en mi cama, mirando la pared que está frente a mí, mientras pienso en todo lo que ha estado pasando últimamente, todo lo que he perdido sin ser consciente y en las personas que deje entrar a mi vida... Nunca me arrepentiré de haber conocido a los chicos, son un amor, pero Carter... Es la persona que deseo jamás haber conocido, él hizo de mi vida un infierno por algo que hicieron mis padres, algo de lo cual no tengo ni la menor idea... Algo que a mí no me involucra.

Escucho un ruido proveniente de mi balcón, ruedo los ojos al saber de quién se trata y rápidamente me hago la dormida, no quiero hablar con el, en si no quiero hablar con nadie, no estoy de humor.

- Se que no estás dormida.- Su voz grave se hace presente en la habitación. Me niego a abrir los ojos, así que sigo fingiendo.- Sería una pena que lanzará este libro por el balcón... Pero cómo estás dormida, no lo salvarás.- Dice y escucho sus pisadas alejarse un poco de mi.- O quemarlo, tal vez sea mejor quemarlo.- Escucho como levanta la tapa de su encendedor para que esté suelte la llama de fuego.

Me volteo sin poder creer que este quemando mi libro, el olor a papel quemado se hace presente en la habitación. Lo veo y está con una sonrisa burlona, tiene una hoja en su mano y el cubo de basura en la otra.

- ¿No dormías?- Dice alzando una ceja. Apaga la pequeña hoja de papel y la tira en el cubo, luego echa un poco de agua para evitar que vuelva a prenderse.

- Me despertó el olor.- Miento y finjo un bostezo.

- Eres muy mala mintiendo.

- Y tú eres un puto psicópata, ¿A quien carajo se le ocurre amenazar con quemar un libro?- Digo sentándome en la cama con los brazos cruzados.

- A mí.- Dice y sonríe.- ¿Qué pasa?

- Nada.- Digo acomodando la manta sobre mi cuerpo.

- Sé que mientes.- Dice acercándose a mí.- Oliver me dijo...

- Si lo sabes, ¿Por qué preguntas?- Digo con enojo, centro mi mirada en el y este rueda los ojos.

- ¿Será por qué quiero hablar? O ¿Tal vez porque quiero que me digas lo que te molesta y no te cierres a hablar conmigo?

- ¿Desde cuándo sirve hablar contigo? Al final haces lo que quieres.- Espetó con molestia.

- Fue lo mejor y lo sabes.- Dice con total seriedad.- Puedes molestarte todo lo que quieras, Blair, pero no iba a permitir que ese hijo de perra pusiera sus manos sobre tí otra vez.- Dice frunciendo el ceño.- No hice lo que me pediste y lo siento, pero ya está hecho... ¿Querías que me arriesgará a que ese hijo de puta fuera al hospital para intentar matarte mientras estabas en coma?- Está molesto y su tono de voz lo delata.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora