Capítulo 36.

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Exámenes, exámenes y más exámenes.

Mi cita con el decano fue extraña y agotadora, me permitían estar en la universidad por todo lo que me pasó y por una "amistosa" plática con Harrison Blake, que de amistosa nada pero bueno, tenía que presentar un montón de exámenes en un mes para estar igual que los demás, era todo un temario de diferentes asignaturas. Solo ver el montón de ojalá y libros me hacían querer salir corriendo y mudarme a Narnia.

Harrison y los chicos se ofrecieron a ayudarme pero me negué, ellos también tienen exámenes y lo peor es que los tienen todos los días por la semana de exámenes de la universidad, qué putada.

Lo bueno es que en el tiempo que estuve en la universidad conocí a una chica que también tiene que presentar un montón de exámenes en un mes, por faltar todo este tiempo, ella faltó por sus padres y bueno yo... Yo no le dije porque faltó, no hacía falta. Se ofreció a ayudarme en algunas cosas, quedamos mañana en una cafetería cerca de la universidad para poder hablar sobre el temario y así. Se llamaba Mila Stewart, era bastante agradable y amigable, me parecía raro pero supongo que es por mis traumas gracias a Carter.

Estaba de camino a casa para almorzar, Harrison tenía examen así que se quedó en la universidad y yo me vine a casa, obviamente, Alan vendrá a almorzar conmigo, ya el se graduó hace un año y bueno Harrison básicamente lo obligó a almorzar conmigo, me dio mucha risa el momento en el que Harrison lo llamo, Alan no sabía que hacer, yo le dije que no era necesario que viniera, le diría a Harrison que si lo hizo y ya está, nunca se enteraría, pero Alan dijo que Harrison si se enteraría, así que de igual vendrá a comer.

¿Tengo que cocinar? Sí.

No sé si ir llamando a los bomberos desde ya, tengo miedo de cómo pueda salir todo esto.

Al llegar a cada hay una señora esperando en la puerta, frunzo el ceño al ver que es la señora del hospital, la de la limpieza... Al verme sonríe con amabilidad.

- Mi niña, ¿Cómo estás?- Dice sonriente.

¿Mi niña?

- Bien ¿Y usted?- Digo sin entender nada de lo que está pasando.- Disculpe, ¿Pero que hace aquí?

- Estoy bien, gracias a dios.- Su sonrisa no desaparece.- Mi niño Harrison me mandó, ten me dio esta nota para tí.- Dice tendiéndome una hoja doblada, ruedo los ojos al saber quién está detrás de todo esto. Desdobló la hoja y leo.

"Se que odias cocinar y para evitar un incendio o algo por el estilo, prefiero mandarte a mi nana, ella me cuido desde pequeño, se que estás en buenas manos, te ayudará con la cocina y con lo que le pidas. Se amable.

Te quiere: Harrison Blake."

- Harrison haciendo de las suyas.- Digo con una sonrisa, mientras niego con la cabeza y guardo la hoja en el bolsillo de mi pantalón.

- El la quiere.- Dice la señora al frente mío, su sonrisa es sincera.- Me llamo Nora, pero dime Nana, así me llama el.

- Está bien, señora no... Nana.- Digo y sonrió con incomodidad.

Abro la puerta de la casa y la invitó a pasar, le hago un pequeño recorrido y le enseño la cocina, ella se queda ahí y empieza a cocinar, le informo que estaré en mi habitación y que Alan llegará en cualquier momento, de paso le agradezco por su ayuda.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora