Capítulo 5. ✓

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ᴀʟɢᴏ ᴍᴀ́s ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ ғɪᴇsᴛᴀ.

𝐸𝑑𝑖𝑡𝑎𝑑𝑜.

Después de 20 minutos de trayecto, llegamos a una gran casa, la música estaba a tope y había muchísima gente. Afuera de la casa estaban los típicos que tomaron mucho y se encontraban vomitando o durmiendo en el césped.

Harrison me toma del brazo para adentrarnos en la fiesta, el me guía a no se dónde y yo solo camino. El contacto de su mano con mi piel hace que se me erice la piel.

- ¿QUIERES TOMAR ALGO?- Me grita para que pueda oírlo y yo solo asiento sin saber que tomar, nunca en mi vida he ingerido alcohol.- ¿QUÉ QUIERES?

- NO LO SÉ.- Me mira interrogante y luego suspira, me deja en medio de la casa y lo veo irse.

Me quedo confundida, sin saber que hacer. Supongo que tendré que esperarlo.

- Tú novio es lindo.- Dice una chica a mi lado, juraría que hace cinco segundos no estaba ahí.

- No es mi novio.

- ¿Ah, no? ¿Entonces puedo intentar algo con el?- Dice esta sin prestarme mucha atención, está viendo a la dirección en la que se fue Harrison, pero esta vez en su tono de voz noto picardía, esto hace que mi estómago se revuelva y no entiendo el porqué.

Debe ser porque no comí nada...

Pienso y luego vuelvo a hablar con la chica:

- Sí, suerte con eso.

- Okii, voy por ese hombre.

Antes de que pueda decir algo la pelinegra se va en la misma dirección que Harrison hace minutos. Tiene una micro cintura, una cabellera negra y larga, su piel es morena y tiene un vestido rojo, muy corto y con un escote que no deja nada a la imaginación.

Me gustaría ser ella.

- Hola.- Dice otra chica a mi lado.

¿De dónde salen?

- Hey.

- Harper se fue tras el chico con el que entraste, ¿No es así?- Dice esta viendo a la pelinegra alejarse.

- Así es, pero no hay problema.

- ¿Segura?

- Sí, el y yo no somos nada, me está quitando un peso de encima.- Digo con tono cansado, volteando a ver a la chica, la cual sigue viendo a esa dirección.- ¿Cómo te llamas?

- Allison Montgomery, ¿Y tú?- Dice con una pequeña sonrisa en su rostro, su vestimenta es normal, unos jeans, una sudadera rosa y una zapatillas negras.

- Stella Blake, digo, Blair.

Una voz grave hace que me sobresalte y maldiga para mis adentros.

- Te queda bien mí apellido, Blair.- Dice el demonio rubio con ojos azules sonríe con arrogancia. Yo solo ruedo los ojos y le hago una peineta, Allison se ríe por nuestro comportamiento y esto hace que Harrison vuelva a estar serio.- Toma.- Dice tendiéndole una bebida rosada con un pequeña rodaja de limón a un lado.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora