Capítulo 32.

128 15 4
                                    

ᴛᴇ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʀᴇ...


Han pasado 4 días desde que salí del coma, no recuerdo mucho de mi vida, solo ciertas cosas... Mi tía murió, el único familiar cercano a mi, había muerto y yo no la recordaba con claridad... Me duele haberla perdido y me duele aún más que sus últimas palabras fuera, "Lo siento mi niña...". Ella le dejo algo a Harrison para que me lo diera cuando la recordara y recordara todo lo que hizo.

- Siento tu pérdida Stella... Se que la querías mucho.- Dice Ali a mi lado, llega un vestido negro, al igual que yo. Yo solo asiento y ella pone su vista al frente.

Hoy es el entierro de mi tía, no puedo creer que mi vida este llena de muerte, primero mis padres ahora mi tía... Es horrible pensar que estoy sola en cuando a familia se refiere. Esa sensación de vacío no se va y me está empezando a agobiar.

Siento como los brazos de Harrison me rodean y me dan esa tranquilidad que tanto me gusta. Estos días ha estado llevándome a comer a mis lugares favoritos según el, hemos visto todas mis películas favoritas, el me ha contado sobre mis libros favoritos, se los ha leído para hablarme de ellos. Y a pesar de que no logro recordar todo lo que Harrison y yo hemos vivido, el amor que probablemente sentía por el, está presente, el se encarga de enamorarme diariamente.

- ¿Todo bien?- Susurra a mi oído.

- Sí.- Es lo único que respondo, no estoy bien pero no sé qué decir y tampoco quiero entrar en detalles. Harrison besa mí sien.

Veo como su ataúd baja, todos echamos rozas una vez que está totalmente abajo. Echan la tierra y en ese momento viene a mi mente el entierro de mis padres, lo doloroso que fue para mí, el como mi tía intentaba calmar mi llanto por las noches y como yo no quería aceptar que ellos se habían ido, que me habían dejado...

Unos sollozos escapan de mi, Harrison me pega a su cuerpo y me abraza con fuerza, me acaricia y empieza a susurrar cosas en mi oído.

- Saldremos de esta, eres fuerte... Se que lo eres, puedes con esto cariño.- Lo dice con calma y siento el cariño en sus palabras.

Salimos de ahí sin decir nada más, todos se habían ido pero nosotros nos quedamos unos minutos más, quería estar ahí, quería sentirla conmigo, quería que fuera ella quien me consolara, pero siempre queremos las cosas cuando no las tenemos y cuando si las tenemos no lo valoramos lo suficiente.

Entro al auto de Harrison y suelto un suspiro, veo como el se sienta en su asiento y cierra la puerta, sus ojos están brillosos y su cara está húmeda por las lágrimas, esto le recuerda a su madre y me siento mal por el, no se que decir o hacer, siento que soy inútil en este momento.

- Gracias Harrison...- Digo al recordar todo lo que ha estado haciendo por mi estos días.

- Deja de agradecerme por cosas así...- Dice con cansancio y yo ruedo los ojos.- Blair, lo que hago por ti no lo hago para recibir un "gracias" de tu parte, lo hago porque te quiero y haría lo imposible por tí.

- Yo también te quiero Harrison, pero también debes entender que es normal que te dé las gracias...- Harrison me mira incrédulo y yo sonrió con incomodidad.

- ¿Acabas... Acabas de decir que me quieres?- Dice con cierta emoción en su voz.

- No, nunca dije eso.- Miento y este ríe.

- Se cuando mientes, pequeña espanta personas.- Dice sonriente.- Te escuché decirlo.

- ¿Entonces para qué preguntas?

- Quería que lo repitieras de nuevo.- Ruedo los ojos y Harrison suelta una carcajada.

Nos ponemos en marcha y esta vez no vamos a su casa, sino a la mía. Es hora de afrontar todo, es hora de volver a mi hogar que en algún momento se volvió mi pesadilla.

- ¿Estás segura de esto?- Dice una vez que llegamos a mi casa.

- Tengo que hacerlo.

- Pero no ahora...

- Estaré bien.

Harrison suspira y baja del coche, el tiene las llaves, ya que es el que se ha estado encargando de ver que todo esté bien en la casa. Le pedía que me trajera mi ropa pero el prefería comprarme ropa nueva, incluso lleno todo un clóset en su casa para mí.

Una vez que bajo del coche y miro hacia el balcón derecho, unas imágenes pasan por mi cabeza. Estaba escondiéndome de alguien en mi habitación, salte por el balcón y me doble el tobillo, luego vienen los golpes... Cubro mi cara por inercia al recordar eso y Harrison me mira con preocupación.

- Stella...

- Estoy bien.

Entramos a casa y a mi cabeza vienen las peleas con mi tía, como me prohibía hacer cosas... Me trataba como su hija y yo la llamaba madre.

¿Por qué la llamaba así?

Subo las escaleras y me dirijo a mi habitación, sé dónde está por el recuerdo dónde saltaba por el balcón. Al llegar la puerta está en perfecto estado peor viene una imagen a mi cabeza donde estaba rota. Entro a esta y el recuerdo de Harrison entrando por mí balcón, llega a mí, yo diciéndole psicópata por entrar a casa ajenas.

Suelto una carcajada al saber el motivo de su apodo y veo como Harrison sonríe a mi lado.

- Lo recordaste.

- Lo recordé.- Digo asintiendo con la cabeza.

Todo tipo de recuerdo empieza a azotar mi cabeza, todo empieza a cobrar sentido, empiezo a recordar cómo empezó todo. Recuerdo al niño con hermosos ojos azules y cabello rubio, el niño que solo sabía joder mi existencia, el niño que me robaba el aliento cuando se acercaba a molestarme, el niño al que le seguía las bromas con el fin de estar más tiempo con el en ese campamento. Recuerdo que no paraba de hablarles a mis padres sobre el, sobre todo lo que hacíamos en el campamento, sobre nuestras travesuras y como molestabamos a los demás niños, de como Harrison me defendía cuando alguien se burlaba de mi. Por otro lado vienen los recuerdos de mi tía de porque fingió ser mi madre y porque me privaba de la libertad, su raro intento de protegerme intentando mantenerme alejada de todos. Luego están mis amigos y la rara manera de conocerlos, una fiesta a la que fui con Harrison, la llamada de Carter, el baile con Jared... Jared el chico que me quiso pero que no pude corresponder, el chico con ojos soñadores, el putito, el chico de las mil cremas... El chico que nunca podré olvidar por todo lo que hizo por mí. Luego está Oliver, su arrogancia, su buen humor, su lado coqueto, su lado protector, su tierno lado enamorado, mi mejor amigo, mi confidente... Los recuerdo...

Las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas, Harrison me abraza y empieza a acariciar mi espalda, no decimos nada y lo agradezco. Los recuerdos siguen llegando y me alegro de que así sea.

- ¿Oliver se caso?- Digo de la nada, al recordar que mi amigo le quería proponer matrimonio a Kate.

- No, no quería hacerlo sin ti a su lado.

No puedo evitar sonreír por eso, mi amigo espero para que yo pudiera verlo casarse, verlo ser feliz.

Intento recordar más de Harrison, de cómo nos hicimos novios y la imagen de su carta viene a mi mente... Esa hermosa frase que tanto amé y amo.

-"Eres mi luz en la oscuridad, eres mi ancla en el mar salvaje de la vida..."- Repito la frase y Harrison se separa de mí, está sonriendo y veo como una lágrima resbala por su mejilla, la limpio y sonrió.

- Tú y siempre tú.- Continua lo que decía en su carta y yo sonrió.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Ig: Fanycreative
Ahí empezaré a subir cosas sobre mis historias y así.

El gran engaño (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora