13. Canek Coh

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Soleil

—Es... un gusto conocerte — alcé mi mano y ella la estrechó con la suya.

—¿Pasa algo? — me preguntó, arrugando su frente. —¿Hay algún problema?

—No, ninguno. Es sólo que... estoy un poco sorprendida, eso es todo. Tenía entendido que te gustaba que te reconocieran en tu forma masculina. Fue mi error, lo siento.

Soltó una risita.

—No, estás en lo correcto. Prefiero estar como un chico, pero mis padres siempre me hablaron de ti como una chica, así que me quise presentar de esta forma porque pensé que te sentirías más cómoda.

—Oh... — mis mejillas se sonrojaron, y dudé por un momento si decirle o no. — En realidad, me gusta estar como un chico también. Es sólo que no puedo evitar estar de esta forma por la escuela. Ya sabes, son las reglas.... — expresé un poco mi incomodidad e inconformidad respecto a esto.

—Entiendo...— Puso un mechón de su cabello atrás de su oreja. Sus orejas puntiagudas se pusieron rojas debido a la vergüenza, pero aún así no dejó la sonrisa. — Entonces, supongo que estoy haciendo el ridículo aquí. No debí tardarme tanto con el maquillaje... ¡Qué vergüenza! — desvío su mirada de mí.

—No, no... — la interrumpí. — Aprecio el gesto, de verdad. Es... en realidad la primera vez que un hipnosommus hace eso por mí. Transformarse en su otra forma para hacerme sentir cómoda. — Volvió a verme y yo le di una pequeña sonrisa. — Y... respecto a tu maquillaje... Hiciste un buen trabajo. Te ves muy hermosa, aunque sin él, sé que también lo estarías. — A este punto toda mi cara estaba totalmente roja, porque aunque era normal que halagara a una chica, ella no era sólo un chica, sino también mi cita. Así que... donde quiera que lo viera, estaba diciendo palabras románticas aun si no era esa mi intención. Sin embargo, sí quería decirle lo que le dije. —Hombre o mujer... Está bien como estés. No me importa.

Me quedó viendo fijamente por un momento; y de repente, me ofreció el ramo de rosas.

—Si es así... Ten, son para ti. Espero que te gusten.

Las tomé y le di una media sonrisa.

—Gracias. Son muy bonitas— acerqué mi nariz a ellas. — Y huelen muy bien.

Volvió a relajarse y me regaló una gran sonrisa. — Entonces, vámonos ¿Está bien si damos un paseo por la ciudad antes de ir a comer? Apenas llegué ayer a la ciudad y realmente quisiera conocerla de nuevo, después de tanto tiempo sin vivir aquí.

Asentí estando de acuerdo, y ambos empezamos a caminar por el sendero del Bosque de los Árboles de Arcoíris, estando una al lado de la otra.

—Debo de admitir que me tomó por sorpresa que la ciudad Sunset (ciudad de Hexlights y criaturas mágicas) y la ciudad Lune (ciudad de Warlocks y criaturas de la oscuridad) se funcionaran y ahora sean una sola. Para llamarse Sunset-Lune —comentó.

—Lo sé, yo también me asombré. Después de todo, ambas ciudades fueron fundadas precisamente para trazar una clara línea entre los brujos y criaturas mágicas de la luz y de la noche — añadí. — Cuando era niño, me generaba conflicto saber con seguridad a qué ciudad pertenecíamos realmente . En decir, al ser hipnosommus, somos tanto criaturas de la luz como de la oscuridad ¿entonces...?

—Puff... —soltó una carcajada y yo lo hice con ella. — Lo sé. Tuve el mismo pensamiento.

—Por eso estoy feliz que al fin ambas ciudades se hayan fusionado. Ya no tengo que preocuparme de esto otra vez. —Le sonreí.

—Sí...

Hubo un silencio.

—Por cierto, quiero disculparme por llegar tarde.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora