38. Vamos juntos a una Cueva Clovek

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Soleil

Después de lo que pareció ser una pequeña pelea entre los dos, o más bien un error mío, realmente pensé que Lukas se iba a volver distante conmigo al día siguiente. Sin embargo, no fue así. Me seguía tratando como siempre, solo que ahora se animaba a darme un beso en la frente o un corto beso en los labios en la escuela sin importar que nos vieran.

Después de todo, al fin se había hecho oficial nuestra relación ante todos.

Y dejando a un lado a nuestras familias quienes lo tomaron muy bien porque de cierta forman siempre esperaron que eso algún día pasara; todos en la escuela definitivamente estaban sorprendidos. Ya sea porque no podían creer que un brujo anduviera con una criatura mágica como yo; porque siempre pensaron que solo éramos amigos; o porque nunca se dieron cuenta que nuestra relación había pasado al siguiente nivel.

En el caso de nuestros amigos, tanto Butterfly, Abel y May al principio se enojaron con nosotros por no haberles dicho antes; pero pronto dejaron su molestia a un lado para felicitarnos por nuestra relación, felices de que al fin hubiéramos podido expresar nuestros sentimientos y ahora seamos pareja.

Todo estaba bien, y creí que al menos por unas semanas más, podía escaparme de decirle a Lukas realmente la razón del porqué ya podía expresar mis emociones. Puesto que, expresarle plenamente mi amor, me ponía un poco nervioso ya que no quería que pensara que era un intenso o exagerado por decir cosas tan profundas en tan poco tiempo de relación.

Y fue así que una semana pasó desde que le dije a mi familia que estábamos saliendo. Butterfly y yo estábamos sentadas en una de las mesas de la cafetería comiendo cuando Lukas llegó y se sentó a un lado de mí.

Nos saludó a ambas y me sonrió. Por lo que yo le regresé la sonrisa.

—Pensé que hoy estarías con tus amigos— le comenté un poco sorprendido de verlo.

—Y es cierto. Estamos comiendo sentados en el pasto de una de las canchas. Pero vine a la cafetería por una bebida. Entonces, te vi y decidí acercarme a ustedes porque hay algo que quiero darte.

—¿Qué? —pregunté con curiosidad.

Entonces, sin esperarlo, acercó su rostro al mío y me dio un dulce beso.

—Un beso. —Respondió con una sonrisa juguetona y sin dejar que se alejara de mí, le devolví el beso inesperadamente. De modo que puso su mano sobre mi mejilla y movió sus labios con los míos.

Haciendo que me olvidara que estábamos en la escuela y disfrutara el beso, como si no nos hubiéramos besado mucho más pasional a media hora de que empezara la primera clase en la mañana.

—Este... Oigan...— Carraspeó mi prima. —Holaaa, ¿se acuerdan de mí? Estoy enfrente y sinceramente ya me siento completamente incómoda de estar sentada aquí.

Dejé de besarlo y la vi con timidez.

—Lo siento...

—Ni te disculpes, porque sé que no te arrepientes. —Puso sus ojos en blanco para luego cruzarse de brazos. Entonces, sonrió con burla. —Pero ¿qué puedo decir? Al fin y al cabo es el ser que provocó que puedas ser capaz de expresar tus emociones en el rostro.

Al escucharla, rápidamente vi a Lukas nervioso. Pero él no me vio, sino que su mirada se mantuvo con la de ella.

—...Entonces tú también sabes la razón de ello— Lukas alzó una ceja. Entonces, soltó un suspiro. —Pero bueno, supongo que es así porque son familia.

—Y no solo porque soy su prima. También soy su mejor amiga por lo que es obvio que me contaría —presumió y yo le dije con señas que dejara de hablar, pero ella no lo captó.— Así que no creas que solo a ti te diría sobre eso solo por ser su mejor amigo y ahora su novio.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora