Después del Ocaso (Gay)

35. Mi primera vez con una chica

Lukas

Cuando la semana de exámenes llegó, a excepción de cuando nos íbamos juntos al Instituto, Soleil y yo no pudimos pasar tiempo juntos ya que cada quien se enfocó en estudiar y pasar los exámenes. Por lo que toda esa semana fue muy cansada y estresante entre repasar varios conceptos hasta muy tarde en la noche y practicar con mi magia; que al tener mi último examen el viernes, lo primero que hice al llegar a mi casa fue comer con mis padres y acostarme en mi cama para quedarme profundamente dormido y despertar al día siguiente.

Al ser sábado, me puse ropa deportiva y salí al patio para encontrarme con mis padres ahí. Y es que, era costumbre que por lo menos 3 veces a la semana practicara con ellos defensa personal. Por lo que al terminar la práctica, me bañé, desayuné con ellos y me dispuse a leer un libro de un escritor humano sobre misterio mientras que escuchaba música con mis audífonos en la casa del árbol.

La historia fue tan atrapante que apenas si comí algo en la hora de comida para seguir leyéndolo; y cuando eran las 6 de la tarde, seguía muy concentrado en la historia. De modo que me sobresalté un poco al ver a Soleil entrando por la puerta de la casa del árbol.

—Perdón, ¿interrumpo algo? — me dijo apenada al ver mi desconcierto. Hoy estaba en su forma femenina, teniendo puesto una falda color negra que le llegaba casi a las rodillas, una blusa de manga larga color vino lisa y zapatos negros con tacón.

—Claro que no— le sonreí y me levanté del sillón puff gris en el que estaba, dejando a un lado el libro que estaba leyendo. Entonces, me acerqué a ella y con una gran sonrisa, le di un beso en los labios a modo de saludo. — Hola, no pensaba verte hasta el lunes ¿no tenías un examen hoy?

Asintió.

—Sí, lo tengo a las 8:30 pm en el Instituto Moonlight, pero... — Me abrazó por la cintura y puso su rostro en mi pecho. Cuando es mujer, es todavía más bajo que cuando es hombre. — Quería verte.

Mi sonrisa se agrandó y le di un beso en la frente.

—¿Es así? Estoy muy feliz por eso entonces. — Ella me abrazó más fuerte y borré mi sonrisa. — Pero algo más te pasa ¿verdad?

Le pregunté al sentir que algo malo estaba pasando con él.

— La verdad es que estoy muy nerviosa— respondió y pude ver su semblante preocupado. — Tanto que quise venir a verte porque verte siempre me ayuda a tranquilizarme.

—¿Por qué estás tan nerviosa? — acaricié su mejilla derecha con delicadeza.

—Porque tengo examen con el profesor más exigente que tengo en esa escuela. Además de que me da la materia de Onirología (una de las más difíciles). Mi examen es sobre la interpretación de los sueños de los brujos, monstruos y criaturas mágicas; ya que tienen diferentes significados para ellos aun si soñaran la misma cosa. Por lo que el examen estará difícil.

—Pero no debería ser algo que deba preocuparte, porque estoy seguro que eres de los mejores en esa clase.

—Eso... no es cierto. — Negó con timidez.

—Sabes que sí. Cualquier materia que esté relacionada con los sueños o con tu especie, es de gran interés para ti. Por lo que sueles destacar por ser realmente bueno en entenderlas ¿O acaso miento?

—No en realidad. Los sueños, la magia que podemos hacer los hipnosommus y los hechizos que podemos aplicar para ayudar a velar el sueño de un ser, realmente me fascina. — Reconoció. — Es por ello que en el futuro, quiero dedicarme completamente a velar el sueño de los demerthdianos que lo necesiten. No importa si son brujos, criaturas mágicas o monstruos. — Pronunció con ese brillo encantador en sus ojos violetas que mostraba cada vez que hablaba de lo que le gustaba.