2. Manifestación

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Soleil

Provengo de una familia de Hipnosommus.

Los Hipnosommus son criaturas mágicas tanto de la luz como la oscuridad que son considerados como guardianes del sueño.

Eso significa que podemos ayudar a un ser (especialmente a los brujos) a dormir bien y que tenga un buen sueño. En pocas palabras, velamos el sueño de alguien cada vez que esté pasando por un momento difícil y tenga pesadillas, para que pueda descansar.

Además de eso, somos de las pocas criaturas que podemos cambiar nuestro sexo cada vez que queramos. Eso quiere decir que podemos ser hombre o mujer, dependiendo como nos sintamos mejor.

Mi familia ha existido por varias generaciones, de modo que entre nuestra comunidad de Hipnosommus, somos una familia respetada. Aunque no por eso quiere decir que seamos criaturas con demasiada riqueza porque no es así. No obstante, vivimos mejor que muchos de nuestra especie.

Somos importantes en nuestra comunidad, pero para Demerth en general, no. Somos una familia como cualquier otra, ya que los que realmente pueden tener un estatus importante,  siempre tendrá que ser una familia de brujos.

Los brujos son los que tienen más poder en Demerth, y eso se debe a que son más en nuestro mundo; así como son los que controlan mejor la magia que La Madre Naturaleza nos otorga.

Mi familia está conformada por mi padre (Samuel Moh), mi madre (Amelia Moh), dos hermanos (Emil y Camille) y yo (el pequeño de la familia).

Cuando mi madre me dio a luz, nací como niña de cabello negro y ojos violetas. Mi madre suele decirme que cuando al fin me tuvo entre sus brazos, al mirar por la ventana de su habitación, vio un hermoso amanecer donde el Sol se veía más radiante que nunca. Fue por ello que así quiso llamarme:

Soleil.

Desde que nací, fui diferente a los demás; y no estoy hablando de que tenía un talento impresionante o que era demasiado inteligente para mi edad, porque no es así.

Sino por el hecho de que me es difícil expresar mis emociones y sentimientos a través de mi rostro. No importa si me siento enojado, triste, feliz o asustado, mi rostro siempre está serio. Aun si intento con todas mis fuerzas poder mostrar algo diferente en mi cara.

Ser diferente es difícil...

Lo supe desde que tuve 4 años al tener la capacidad suficiente para entender que todos podían arrugar su frente; alzar las comisuras de sus labios; que su barbilla temblara; mover sus cejas entre otras cosas; cada vez que querían mostrar una emoción, pero yo no.

A simple vista pareciera que eso no podría causar problemas, puesto que cuando alguien que no era mi familia me veía, aun si tenía el rostro serio, recibía elogios como "Es tan linda" "Es una niña hermosa" "Tendrá varios pretendientes en el futuro" "Quien robe su corazón será muy afortunado o afortunada". No obstante, ya sea en una fiesta, en una cena con amigos de mis padres o ante un funeral, era cuando los seres a mi alrededor se daban cuenta que era diferente, que nunca quitaba mi expresión fría y no mostraba ninguna empatía ante un trágica situación o felicidad por el logro de alguien más.

Me malinterpretaban todo el tiempo, y por ello mismo, no logré hacer ningún amigo que no iba más allá de mis familiares (siendo dos primos con los que jugaba), ya que me tenían miedo por mi extraña actitud o recibía burlas por ser una rara.

Este aislamiento por parte de los niños que conocía, influyeron para que me convirtiera en alguien tímida.

Al principio me dolía ser rechazada de esa forma por los demás, pero cuando llegué a la edad de 6 años; fui lo suficientemente madura para entender que no importaba cuánto lo intentara, era imposible poder expresar en mi rostro mis emociones y que posiblemente sería mi familia la única que me quisiera tal y como soy.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora