29. ¿Te gustaría ser mi novio?

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Soleil

Después de sentir en mis sueños que alguien acariciaba gentilmente mi mejilla izquierda, poco a poco empecé a abrir mis ojos. Por lo que los hermosos ojos azules de Lukas fueron lo primero que vi al despertar.

El amanecer ya había salido, aun así, el clima estaba ligeramente fresco por lo que supuse que no debían ser más de las 8 am.

Él me sonrió y me dio un beso en la frente, para después pronunciar con alegría y amor: — buenos días, preciosa.

Fruncí el ceño al escuchar "preciosa" ya que estaba en mi forma masculina. No obstante, pronto desperté completamente para ser consciente realmente de que el sol ya había salido. Lo que eso significaba que ya había vuelto a ser una chica.

Y es que cuando el Sol sale, los hipnosommus que no están marcados siempre volverán a tener el sexo con el que ellos nacieron, aunque luego lo cambien si así lo prefieren.

—No... ¡No me veas! — Exclamé totalmente avergonzado y cubrí mi rostro con ambas manos.

—¿Por qué no? — preguntó desconcertado y con gentileza quitó mis manos de mi cara. Estaba frunciendo el ceño.

—Porque soy mujer ahora y no estoy maquillada. Debo de verme horrible... —Me quejé.

—Claro que no, te ves hermosa. — Me volvió a dar otro beso en la frente. — Es la primera vez que te veo así, sin maquillaje, mostrando tu belleza natural. Por lo que sólo puedo decir wow... — suspiró y acarició mi mejilla derecha. — Me has cautivado otra vez.

Sentí mis mejillas calientes.

—Aun así... mi cabello debe estar hecho un desastre. Además, estoy desnuda... —Lo último lo dije en voz baja y puse mi mano encima de mis senos sólo para asegurarme de que la sábana los cubría.

—¿Y tú por qué crees que eso es así? — me preguntó con cierta burla mientras ponía una mano en mi espalda baja que estaba descubierta, para después darme un beso en la nariz.

Sentí ahora las orejas calientes.

—Soy consciente de lo que hicimos anoche, pero... todo pasó mientras era hombre. Así que... por favor, cierra tus ojos, cambiaré a mi forma masculina.

Arrugó su nariz ligeramente, no muy de acuerdo con mi petición.

— ¿Por qué debo cerrarlos? ¿No puedes convertirte simplemente mientras te observo?

—No, no puedes.

Hizo un puchero.

— ¿Algún día me dejarás verte haciéndolo? O mejor aún ¿me dejarás ver tu apariencia verdadera?

—Yo... — Titubeé. — No. Tal vez algún día... — Una gran sonrisa se formó en su rostro. —Dije que tal vez. Nada es seguro. Así que no me des esa sonrisa triunfadora.

Me robó un pequeño beso en los labios.

—Un "tal vez" es mejor que nada. —Respondió.

—Bueno... Ya cierra los ojos ¿sí?

Hizo lo que le pedí, pero aun así, con mi mano derecha cubrí sus ojos sólo para asegurarme que no estaba haciendo trampa. Sin más, me convertí en hombre para después quitar mis manos de sus ojos. Así que sintiéndome más cómodo, le di un beso en la mejilla y le dije: —hola ¿dormiste bien?

Acarició mi espalda y cálidamente me respondió: —Más que bien ¿y tú?

Alcé la vista para verlo a los ojos. — Yo también.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora