57. Una isla que no existe y pensamientos confusos

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Narrador

Desde que el Klomerthmagedón inició, la Zona Tenebrosa ha abarcado más y más territorio en el norte de Demerth. Por lo que una gran extensión de bosque, varios ríos, un gran lago y una enorme montaña son parte de ella. Asimismo, lo es cierta extensión de océano. Pero no solo eso, sino también seis islas en el noreste de Demerth. Entre ellas, la más enigmática, peligrosa y difícil de encontrar:

"La Isla que No Existe"

Localizada prácticamente en la nada. De allí que se haya bautizado así entre los Créatures Oscures. Pues para empezar, las coordenadas de donde se supone que está, son infinitas. Son varios puntos en el mapa donde se supone que se encuentra . Sin embargo, solo una marca realmente este lugar.

Lo curioso de esto es que incluso si tienes las verdaderas coordenadas, éstas te llevan a un punto en el mar abierto donde no hay absolutamente nada. Solo es un punto perdido del océano.

Al menos esa era la percepción que se daba. He ahí que todos pensaran que esa isla era solo un mito. No obstante, no era así. Y el señor Mist lo sabía, pues una vez que se estaba en el punto que marcaban las coordenadas correctas, era el único que podía recitar un hechizo que creaba un agujero en el mar el cual era un portal que los conducía a la isla.

Ivanok odiaba entrar por ese portal puesto que entrar en él significaba sentir cómo morías siendo ahogado dolorosamente para después recuperar el aliento hasta volver a salir a la superficie. Y es que, debías estar al borde de la muerte para entrar a otro plano y así llegar a la Isla que No Existe.

Era realmente cansado y fastidioso dar con ese lugar así como confuso. Pues a pesar de ya haber ido varias veces, seguía sin saber cuáles eran las verdaderas coordenadas.

Aun si hacer ese viaje era un dolor de huevos, dos veces al mes, sin falta el Señor Mist visitaba esa isla. ¿pero por qué? ¿Qué era lo que tenía esa isla de especial?

La respuesta era una cueva subterránea.

Pero no era una simple cueva. Era una atroz ya que si pasabas más de una hora allí dentro, empezabas a tener alusiones que poco a poco te volvían loco. Sin dejar de contar que uno allí perdía la noción del tiempo, la fortaleza, la magia y la esencia de uno mismo lo que provocaba que el cuerpo se debilitara poco a poco, deshidratándose como si se tratara de una fruta en descomposición. Siendo así que se experimentara cómo es una muerte lenta, pero sin poder morirse en realidad.

Sin duda un lugar letal para todos, pero una excelente y cruel prisión para cualquiera que sea sumamente poderoso; en especial para aquellos brujos que hace mucho tiempo habían sido elegidos para hacer realidad una profecía.

— Nada es más aburrido y sin sentido que venir acá cuando nos lo ordenan— se quejó Thomas Clarke. Un créature oscure que al igual que Ivanok se había quedado en la playa para vigilar mientras que otros oscuros y el Señor Mist se adentraron al bosque para llegar a la cueva subterránea.

Ivanok sacó del bolsillo de su pantalón un pequeño cigarrillo y le hizo una seña a Thomas — Hexlight de tez canela, cabello negro, los ojos cafés ligeramente rasgados y unos centímetros más bajos que Ivanok—; para que lo encendiera con su dedo índice y sin más, le dio una calada.

— ¿Qué harías tú si volvieras a la vida para cumplir tu propósito de dominar el mundo; y te dijeran que existe una profecía creada por la mismísima Madre Naturaleza, la cual dice que volverás a ser derrotado y morir esta vez para siempre gracias a siete brujos? — Dio otra calada soltando el humo lentamente — ¿No harías lo posible para encerrarlos y no dejar que por nada del mundo escapen para arruinar tu objetivo?

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora