50. El principio del fin

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Narrador

"El reloj Mágico de Demerth"

En Demerth, existen reliquias muy especiales y poderosas del gobierno. Una de ellas es este reloj.

Creado miles de años atrás por el primer "timewitch", brujo con el don de viajar en el pasado o el futuro con cierto límite, tiene la función de poder cambiar el horario en la temporada de verano e invierno para que así los árboles, plantas, cultivos y naturaleza en general pueda crecer cuando es debido sin que el calentamiento global de Clovek pudiera afectarlos.

Fue un maravilloso invento, pero también podría ser uno muy peligroso en manos equivocadas. Pues también es capaz de afectar la línea temporal, la percepción del tiempo que se tiene y provocar ciertas anomalías en la naturaleza. Por ello, el Gobierno de Demerth decidió dividirlo en cinco partes y distribuirlos en cinco lugares seguros por todo Demerth. Para que así, si alguien decidiera robar o intentar robar alguna de las piezas, se pudiera actuar de inmediato para evitar que las otras fueran robadas también para ser juntadas y usar el reloj para propósitos malignos.

Como se pueden imaginar, una de las cinco piezas estaba resguardada en la Ciudad Sunset-Lune. En el Instituto Sole en un pasadizo secreto que conecta con la oficina de la directora y una habitación mágica escondida. Esta pieza había sido robada en la madrugada, y las pistas que se tenían del presunto culpable era unos cabellos rubios y huellas dactilares, los cuales pertenecían a Lukas Warthon.

Al saber esto, Lukas les juró por La Madre Naturaleza a los agentes que él no tenía nada que ver con ese robo. No sabía cómo su cabello o huellas habían llegado allí, pero él no había sido, ya que todo ese tiempo había estado en su habitación durmiendo.

El agente BlackBerry no creía absolutamente nada en lo que él decía por las evidentes pruebas y porque al parecer no había ningún testigo que pudiera confirmar su coartada. Sin embargo, Whisper podía ver la sincera en los ojos del chico, lo cual lo hacía dudar.

— Es realmente bueno mintiendo— le comentó BlackBerry a su compañero una vez que salieron de la sala de interrogatorios. — Vamos a tardar horas antes de lograr que confiese.

—No lo sé, Marco... Parece sincero— comentó Whisper a lo que BlackBerry lo miró con incredulidad y cierta burla.

—No me jodas, ¿tan rápido te hizo sentir pena por él?

—Sólo piénsalo por un minuto. Hoy, en la madrugada, casi al mismo tiempo se robaron las cinco piezas del reloj mágico sin que nadie se diera cuenta. — Pronunció Whisper. — Además ¿no te parece extraño que todas las escenas de los robos hubiera indicios de cabellos o huellas dactilares de brujos que juran ser inocentes y dos de ellos tengan testigos que avalan sus coartadas? Este chico no es la excepción. He analizado sus movimientos y la forma en la que habla, realmente no parece estar mintiendo. A pesar de que hay un testigo que asegura haberlo visto salir del instituto en la madrugada.

—Entonces ¿me estás diciendo que alguien exactamente igual a él robó esa pieza? — preguntó BlackBerry con mofa porque no podía ser. — Eso es imposible.

—Sabes que no. — Su compañero le dijo seriamente. — La poción de "robar identidad" existe. Está prohibida y es ilegal pero existe.

—Pero hace casi más de cien años que no se ha visto un caso así porque el único que sabe cómo hacerla ya que la creó es... — Calló antes de poder decir "el Señor de las Tinieblas".

— ¡BlackBerry, Whisper! — Alguien interrumpió su conversación caminando directamente hacia ellos con pasos largos y completamente enojado. Era Silas Warthon.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora