15. Pesadillas de nuevo

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Soleil

—Te ves hermosa— me halagó Canek, una vez que bajé las escaleras de mi casa en mi forma femenina, con una blusa azul cielo, una falda de mezclilla y zapatos morados con tacón bajo.

Desde que acepté que me cortejara con la intención de que me llegue a gustar y seamos novios en el futuro, todos los días viene por mí a mi casa para que vayamos juntos a la escuela (tanto al Instituto Sole o como al Moonlight); nos sentamos cerca todas las clases; come conmigo y mi prima en la hora del receso; y me lleva de vuelta a mi casa después de clases o de que hayamos ido a un lugar juntos en plan de cita.

En todo este tiempo, siempre ha sido muy amable conmigo y me siento bien estando cerca de él.

—Gracias — le sonreí un poco cohibido y desvíe mi mirada de la suya para toparme con las miradas tiernas de toda mi familia. Y es que, desde el primer día que lo conocieron al fin en persona, les cayó muy bien por ser un chico ejemplar. Por lo que ahora, si al último decido tener una relación con él y aceptar nuestro compromiso, ellos estarán más que encantados de aceptar esa Unión. En especial mi abuela. — Hay que irnos ya.

Le sugerí a él para ya no tener que seguir sintiendo vergüenza de las miradas que nos daban.

Él asintió, se despidió de mis padres, abuela y mi hermana; y tomando mi mochila, ambos nos dirigimos a la puerta principal. Sin embargo, fue en eso que Emil llegó con la respiración agitada.

—¡Esperen! ¡¡No vayan a la escuela, suspendieron clases!! —informó.

—¿Qué?

—¿Qué sucedió?

Ambos le preguntamos, confundidos.

— Una estudiante de su escuela se suicidó en la vieja fuente del centro.

—¡Por la Luna y el Sol! — exclamó mi madre.

—¿Por qué hizo eso? — cuestionó Camille.

—No lo sé, pero escuché que se acuchilló 6 veces sin pensarlo ni expresar dolor ¡Como si estuviera hipnotizada! —respondió Emil. — Esto es sin duda serio. Por eso, se ha dado la orden de que todos los estudiantes regresen a sus casas, y más al rato mandarán un comunicado de lo sucedido a los padres.

—Es realmente serio, y está bien que la directora haya decidido eso— comentó mi padre. Entonces, entre él, mi mamá y mi abuela se inició una plática del asunto.

Emil se acercó a mí y me dijo en voz baja: —Soleil, hay algo que debes saber. Tal vez es por otra cosa, pero...

Fruncí el ceño.

—¿Qué pasa hermano?

—Como sabes, fui al centro a comprar piezas de pan con ojos— me enseñó la pequeña canasta con el pan que estaba cargando. — Fue así como me enteré de lo ocurrido. En fin, cuando llegué a la centro, vi a muchos Justizes revisando la escena del crimen, y visualicé a Lukas.

Agrandé mis ojos al escuchar el nombre de mi mejor amigo.

—¿Qué estaba haciendo ahí? — pregunté de inmediato.

— Estaba contestando algunas preguntas que uno de ellos le hacía, mientras que al lado estaban sus padres quienes se veían muy preocupados — respondió. — Sin duda se me hizo raro ¿por qué le estaban haciendo preguntas? Hasta que llegué a la conclusión de que tal vez él...

—Presenció el suicidio — terminé por él y yo ya me estaba alterando, porque siendo yo, el ser que más lo conoce, sabía perfectamente que él odiaba cuando escuchaba a alguien que decía o veía en las noticias que cierto brujo o criatura mágica se había autolastimado hasta matarse cortándose con un cuchillo. Porque simple y sencillamente, eso le recordaba su pasado doloroso. Por lo que si vio a esa chica morir de ese modo, puede que le haya afectado.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora