58. Locura, Odio, Lujuria

50 10 9
                                    

Soleil

¿Qué estaba haciendo ahí?

¿Por qué Tinieblas había decidido volver a esa casa?

¡¿Acaso me había vuelto loco?!

Realmente no me cuestioné nada de esto. Pues cuando fui consciente que Ivanok había sacado esa lombriz de mi corazón y me había dejado sin más, me sentí como un juguete del que se habían cansado de jugar, o como un objeto que se habían aburrido de usar.

El enojo y sobre todo la humillación que sentía por todo mi ser no podía soportarlo. No podía. No podía vivir sabiendo y recordando cada minuto de mi existencia que había sido abusado sin consideración varias veces por alguien que ahora ocupaba el cuerpo de mi novio (de mi difunto novio). Tampoco podía soportar más fingir ante todos que "estaba bien" y que no estaba sufriendo un Bosque de Tinieblas, pues a los únicos a quien les hubiera dicho sin duda sobre esto eran a Butterfly y a Lukas. Mis dos mejores amigos desde mi infancia, de mi entera confianza y que ya había perdido.

Y sobre todo, no podía aguantar más el despertar, y saber que no había lugar alguno en ambos mundos donde pudiera encontrar a Lukas: mi lugar seguro y el amor de mi vida.

Ya no tenía lugar seguro. Ya no encontraba razones para soportar esta pesadilla en Demerth. Tener esta vida me dolía demasiado. Aun así, era demasiado cobarde para suicidarme. Por lo que mi primera y única opción siempre había sido que Ivanok lo hiciera. Pues hasta para eso, era demasiado exigente como para querer que cualquiera me matara.

Tenía que ser él, porque si tenía la apariencia de aquel que amaba con todo mi ser, entonces... la muerte no debía ser tan aterradora y solitaria. Sin embargo, no lo había hecho a pesar de que en sus ojos siempre veía sus intenciones de hacerlo en algún momento; y eso me frustraba más.

Y al no poder aceptar mi destino de vivir de este modo por más tiempo o al menos hasta que el mundo llegara a su fin; controlado por la ira, salí de mi casa mientras todos estaban en el trance. Y esta vez sin ser visto, salí de la cápsula de magia.

Aunque realmente no sabía dónde encontrarla, sólo me dejé llevar por el instinto y los pocos recuerdos que todavía tenía de todas las veces que fui allí caminando debido a esta técnica de hipnosis. Entonces llegué a esa casa en el árbol, lo esperé y ahora estaba enfrente de él.

— ¿Por qué? ¡Por qué mierda no me has matado?— le di varios golpes en el pecho con toda mi fuerza, pero me sentía tan débil que pronto los golpes se suavizaron. De pronto me sentí fatigado—¡¿Por qué no lo has hecho si ambos sabemos que lo deseas tanto como yo?! — mis ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Ehh..?— Me tomó de las muñecas, mirándome con mofa—. ¿A eso has venido? ¿A que te mate? — se carcajeó y yo sólo lo pude ver con odio —. Si tan desesperado estás por conocer la muerte, ¿por qué mierda no lo has hecho por tu cuenta?

No pude responderle y él volvió a reírse. De repente, con brusquedad hizo que chocara con la pared y sacó un cuchillo de la nada. Entonces, rápidamente lo dirigió hacia mí con la intención de enterrármelo en la frente.

Cerré los ojos con fuerza, pero el filo del cuchillo nunca lo llegué a sentir.

Volví a escuchar su carcajada.

— Como era de esperarse de alguien tan patético como tú. Eres realmente un cobarde— abrí los ojos y vi la burla en su mirada—. Como la primera vez que te vi, morir no es algo que realmente desees.

Solté un suspiro, dándome cuenta que había contenido mi respiración todo este tiempo y él soltó el cuchillo—. Si piensas darme una excusa, trabaja más en ella para que te crea.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora