The Witcher Raven; G. De Rivia

Capitulo 1.

Trotaba a caballo de camino a Blaviken a través del pantano, era menos concurrido que la carretera principal, al igual que en reinos pasados que había visitado esperaba cumplir con mi búsqueda implementada hacia ya meses, de hecho años, pero hacia solo hace unos meses desde que deje la seguridad del templo de Melitele donde pase la mayor parte de mi vida desde los diez años de edad, entrenando un poder que ahora muy pocos tenían.

Llevaba viajando varios meses en la búsqueda de un brujo, una misión implementada desde hacia años pero que apenas me dignaba a realizar ya que no me consideraba una persona lista para viajar con ese tipo de personas.

A lo largo de los años de entrenamiento me enseñaron como canalizar mi poder para que llenara las expectativas de los potenciales oficios que había de opcion a asignar, de igual forma que muchos otros.

Pero a diferencia de algunos, y al igual que otros pocos como los míos, se nos asignaron la búsqueda de un brujo lo que conlleva un estilo de vida diferente al que seria si nos hubieran asignado como sanadores, consejeros, historiadores o parteros, por lo que se requirieron mas años de conocimiento y entrenamiento, tanto físico como del poder.

Ademas esta ocupación conllevaba apoyar, defender, proteger y aconsejar al brujo, no que lo necesite pero es parte del deber, y todo esto porque debido al numero de monstruos en el continente, los reinos no se pueden permitir perder cada vez mas brujos al grado en que se extingan, después de todo ¿Quién protegería el continente si nuevos brujos no pueden ser creados?, aun si la causa de su numero decreciente fue la misma realeza, un error notable que no pretenden reconocer solo "resolver" al asignar un protector a cada brujo que siguiera con vida.

Aun así, nuestra protección no garantizaba que permanecieran con vida, era oyente, de algunos cuervos antes que yo, que habían muerto junto al brujo que protegían ante un monstruo, y otros que sobrevivían apenas por lo mismo, después de eso uno podía elegir que hacer con su vida.

Para nuestra desventaja es la misma realeza, nuestros mismos familiares quienes decidían nuestro destino. Todos los cuervos somos nacidos de realeza, melliza o mellizo de un gobernante, somos destinados a defender nuestro propio linaje, pero por la oscuridad de nuestro poder, y las influencias de la hermandad, fuimos desplazados a otros deberes condenados a ver a nuestras familias pocas veces al año, en lugar de permanecer a su lado, aconsejar y proteger las futuras generaciones.

Ahora, apenas era bienvenida a ver a la nieta de mi hermana, el ultimo recuerdo de mi hermana. 

Salí de mis pensamientos al escuchar unos gritos, no pude distinguir de que así que apresuré el paso del caballo al cual guie hacia el ruido que poco a poco se iba haciendo mas fuerte, hasta alcance a escuchar los gruñidos de lo que pude distinguir era un hombre.

Al pasar un grupo de arboles, finalmente me fue visible, en medio del lago del pantano una criatura con una gran cabeza y lo que parecía ser un enorme cuerpo de araña, esta se enfrentaba a un hombre cubierto de cuero y de cabello blanco, el blandía una espada dándole a las patas causándole mas gritos a la criatura la cual en respuesta lo jalo de los pies y lo hundió al agua, no lo vi salir pronto.

Baje del caballo y rápidamente me acerque al borde del rio, sentí mis ojos oscurecerse mientras la gema en mi frente brillaba y lo que llamábamos la niebla negra espesa se desprendía de mi, con el movimiento de mis manos y brazos la manipule de forma que era una extensión de mi.

Tomé un par de las patas de la criatura alzándola, eso le permitió al hombre emerger del agua del rio con su espada, pude notar como rápidamente me daba una mirada extrañada al ver que sostenía a la criatura, manifesté mas extremidades de la niebla negra tomando otra pata de la criatura al sentir resistencia por su parte, permitiéndome reforzar el agarre.