Capitulo 2.

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Geralt y yo caminamos a Blaviken de donde me comento consiguió un volante donde el alcalde buscaba un brujo para deshacerse de algunos monstruos, planeaba entrar, buscarlo, cobrar la recompensa y salir de ahí al siguiente pueblo mas cercano donde planeaba repetir lo mismo.

No lo culpaba por querer hacer eso, el aun no caía en cuenta en que había estado en la misma situación en meses anteriores cuando inicie mi búsqueda, apenas entraba al pueblo las miradas se dirigían a mi, no solo por ser una extraña llegando a su propiedad, sino por la gema en mi frente que reflejaba lo que era, lo que muchos temían y me impedía ser tratada como cualquier otro.

Lo único con lo que lograba desviar su atención era con el dinero, que, aunque fuera difícil de conseguir era suficiente para un par de semanas, lo que me tardaba en conseguir debido a lo que tenia que hacer. Gracias a las enseñanzas complementarias del templo de Melitele y mi poder era capaz de conjurar pociones sanadoras que lograba vender como suministros a los centros médicos de los pueblos.

El propio mago del pueblo podría realizarlas, pero requeriría de mas materiales y bueno, quien se negaría a grandes suministros médicos sin tener que realizarlos, la desventaja era que algunos pueblos eran mas desconfiados que otros, y en ocasiones debía recurrir a mi poder con las ilusiones para que ignoraran lo que soy.

Después de una larga cabalgata desde el pantano a Blaviken llegamos a una taberna en donde, afuera, dejamos a Sardinilla y a Fénix, la primera con una parte de la kikimora en su lomo.

Tras atarlos debidamente nos adentramos a la taberna de la posada en la que principalmente se silenciaron y miraron a Geralt, tras lo cual luego sentí las miradas sobre mi.

Llegamos a la barra en donde una mujer nos atendió sin problema.

-¿Qué va a ser?- pregunto.

Geralt coloco el volante donde se requerían sus servicios y respondió.

-Señálame la casa del alcalde- pidió.

-Por el callejón, a la izquierda...

-Isadora- llamo un hombre colocando una jarra en la barra, silenciándola. Ella se fue.

-No queremos a los de tu clase, brujo. Vete y llévate a tu zorra contigo.

Inspire profundamente y exhale de la misma forma.

-El alcalde. Dime donde esta y nos iremos inmediatamente- dijo Geralt en respuesta.

-Ja, tu no das las ordenes aquí, mutante hijo de perra- hablo otro hombre.

Geralt apenas lo miro.

-Ya oyeron- dijo el primer hombre que nos dirigió la palabra-váyanse. O salen o los sacamos, ustedes eligen.

-Fácil elección- dije dándome la vuelta siendo seguida por Geralt.

-Váyanse al carajo, muéstrenles que no les tememos- ordeno el hombre de la barra al hombre que ahora se encontraba frente a nosotros.

Varios hombres tras el se levantaron.

-Vamos brujo, no nos tendrás miedo ¿O sí? ¿O será que tu zorra es quien te da las ordenes?- ese ultimo comentario causo risas en la taberna.

Camine hacia adelante sintiendo como brillaba la gema en mi frente lo cual hizo retroceder un poco a algunos de los hombres "dispuestos" a atacarnos, Geralt alzo el brazo impidiéndome seguir avanzando.

-A ver de que eres capaz- amenazo otro.

-¿Podrían dejarlos en paz un momento?- dijo una mujer tras nosotros.

The Witcher Raven; G. De RiviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora