Capitulo 34.

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-Estuve cerca- hablo Ciri mientras Geralt rasgaba varios pedazos de tela para cubrir sus heridas.

-Concéntrate y repite las palabras-ordene a Circe quien tenía las manos sobre el brazo herido de Ciri.

-Como es que esto necesita de un hechizo y no lo demás que implica llamar a la bruma y hacer que haga mi voluntad con las armas- hablo Circe perdiendo cada vez más la paciencia al fallar- tu ni siquiera las recitas, lo note cuando lo curaste.

-Porque son dos propósitos diferentes y una va tomando la costumbre de recitarlo sin pensar, es cuestión de practica y que lo domines. Y no solo aquí mientras estas calmada, sino también en el campo de batalla. Debes aprender a manejar tus emociones...

-Sin importar donde me encuentre- me completo Circe y luego bajo la mirada- ya lo se. Tía Adrea, ¿no podrías curarla tu?

Coloque una mano en su cabeza acariciando su cabello.

-Hicimos un acuerdo, si quieren entrenar deben pasar por todo lo que implica, eso significa sangrar y sanar, hasta que sepan como curarse- dije- lamentablemente no siempre podremos estar juntos, puede haber eventos que nos separen y pueden ser críticos.

-Pero, ¿y si nunca lo logro?- pregunto.

-Lo lograras, nunca lo dudes. Ninguna de nosotras logro llegar a este punto dominándolo de inmediato- dije

Ella asintió.

-En todo caso, lo lograremos- hablo Ciri mirando a su hermana para luego levantarse después de ver que Geralt de una forma algo pasiva-agresiva dejaba las telas que harían de vendaje en una esquina de la mesa, y ella tomaba una dispuesta a hacerlo por sí misma.

-Podrán lograr lo que sea- hablo Geralt levantándose con un ungüento en su mano, el cual tome cuando me lo tendió.

Tome un poco del ungüento con mi dedo y señale a Circe que se sentara junto a Ciri a quien Geralt se le acerco, y casi al mismo tiempo ambos aplicamos el ungüento en una de sus heridas de cada una, Ciri en su brazo, Circe en una de sus piernas.

Aplicamos de golpe el ungüento y lo tallamos, haciendo que ambas sisearan y Circe soltó un- "Auch"

-No por eso deben hacerlo- siguió Geralt y luego ejemplifico al ver el rostro de Ciri- cuando un brujo se rompe el cráneo solemos solo recostarlo sobre un catre y le damos veratrum, tártago y espino, casi siempre sobreviven, y eso era cuando no teníamos a los cuervos, o incluso ahora a aquellos que tuvieron uno y lo perdieron. Ninguna de las dos puede darse ese lujo.

-No niego que cuando Circe tenga el control será más que capaz de ayudarte Ciri, pero que pasa si ella también resulta herida... aun con sus capacidades no pueden darse ese lujo. -siguió.

-Pero dijeron que tenemos miedo, pero hay que enfrentarlo y no rendirse- hablo Ciri.

Geralt se levantó y me paso un vendaje.

-Así es, pero primero deben entrenar- hablo Geralt.

-Pero, entonces déjenos entrenar- hablo Ciri.

-Ya lo están haciendo- hable.

-No es verdad, no lo suficiente- se quejó Ciri- queremos ser grandes guerreras y no solo contra costales de paja.

Geralt se detuvo y se agacho.

-Hemos conocido a muchos guerreros en nuestra vida- hablo Geralt- ¿Saben dónde están ahora?

-¿Dónde?- pregunto Circe, pero parecía que ya sabía la respuesta al igual que su hermana.

-En cementerios- respondí.

The Witcher Raven; G. De RiviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora