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"Querido diario:

Es sábado. Los sábados son mis días favoritos, me encanta escaparme por las noches y escalar montañas para ver las estrellas.
Cuando amanece es cuando vuelvo a mi casa y descanso todo lo que no pude en la madrugada, normalmente me llevo una taza de café amargo para mantenerme despierta.

Observar las estrellas me relaja bastante, si pudiera vivir en una cabaña lejos de todos lo haría. Aprecio mi soledad y el estar tranquila.

Parece chiste si dijera que ando a mil por segundo cuando estoy en la academia o haciendo cualquier cosa cotidiana, pero desafortunadamente es una realidad.

A veces activo mi don sin darme cuenta. Leo libros en menos de 10 minutos, ordeno toda la casa en 15 minutos, ir caminando a la academia me toma menos de 5 minutos, todo lo tengo contabilizado.

Cuando miro las estrellas es cuando mi cuerpo se queda quieto y simplemente admiro todo el cielo.

Siento que me pierdo los pequeños placeres de la vida cuando estoy haciéndolo todo rápido.

Trataré de relajarme un poco más y empezar a disfrutar de mi vida."

- No niego que me gustaría leer así de rápido - Soltó una carcajada.

"Querido diario:

Hoy conocí a una mujer que vive en mi vecindario, se llama Mitsuki.

Se le había caído la mercadería pero la ayudé rápidamente a recoger todo, me agradeció amablemente que la haya ayudado, me preguntó mi nombre y me regaló una manzana.

No me dijo su apellido pero podría jurar que la conocía de algún lado, su rostro me era muy familiar.

¿La academia? Tengo buenas notas y la residencia asegurada en la agencia de Fatgum. Trato de no resaltar tanto, solo acepto el hecho de que me mudé a la UA por recomendación y ya.

No me siento motivada para conseguir amigos.

Por cierto, hoy Bakugo-kun me miró por unos segundos pero se me hizo eterno. Mis mejillas arden cuando lo veo o lo pienso.

Sólo quiero terminar este último año de una vez."

Al terminar de leer el rubio hizo unas cuantas llamadas, salió de la oficina con la agenda en mano. Se montó en su auto y condujo hasta la casa de su progenitora.

Tocó el timbre y espero unos minutos.

- Hola Katsuki, pasa hijo - Habló su padre.

- Hola, solo vine para preguntarle algunas cosas a mamá y luego me voy - Dijo ingresando.

- Ella está en la cocina - Dijo palpando la espalda de su hijo.

Caminó hasta la cocina y vio a la mujer canosa cortando algunas frutas.

- Hola ma - Habló sereno - necesito hacerte algunas preguntas.

- Dime Katsuki, para que vengas hasta aquí durante tu horario de trabajo debe ser algo muy importante - Dijo la señora mientras terminaba de cortar unas manzanas.

- ¿Te acuerdas de la joven que te ayudó una vez que tiraste la mercadería?

- Mm se me ha caído tantas veces la mercadería que no recuerdo si alguien me ayudó - Respondió con media sonrisa.

- ¿Nunca le regalaste una manzana a una joven de cabellos castaños? - Volvió a preguntar.

- ¡Ah! Si, era una joven que también iba a la UA. Su nombre es ____, era muy bella la muchacha - Dijo felíz la mujer.

- Su apellido es Subayai, ¿no teníamos vecinos con ese apellido en ese entonces? - Preguntó antes de comer un pedazo de manzana.

- Ow eso no lo sé - Respondió Mitsuki.

- No pasa nada, gracias. Ya me tengo que ir - Dijo caminando - adiós ma, cuídate.

- También tu hijo - Dijo serena.

El rubio se despidió de su padre y emprendió el viaje a la agencia.

Querido diario [Bakugou Katsuki x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora