IV-NEW OPPORTUNITY

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Un nuevo programa de supervivencia. Un edificio en medio de la nada. Misiones de baile y de canto para determinar los ganadores para un grupo final de HYBE. 23 chicos. 1 chica.

- ¿Cómo?-estaba estupefacta.-¿Me está preguntado si quiero participar en un programa de supervivencia siendo la única chica, rodeada de 23 chicos, con el objetivo de debutar?-parpadeé.-¿Y mi hermano que ha dicho sobre esto?

- Tu hermano....bueno, ha montado un pequeño escándalo pero luego ha dicho que esta decisión la tenías que tomar tú.-seguro que no había sido un pequeño escándalo.

- Yoooo, es un poco raro, y estoy preocupada por lo que la gente podría decir, pero quiero hacerlo.

- Está bien Sora. Bienvenida al proyecto I-LAND.

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- ¡VOY A MATARTE NIÑA DEL DEMONIO!¿CÓMO PRETENDES IR AL MEDIO DE LA NADA CON 23 CHICOS HORMONALES?¡NO VOY A PERMITÍRTELO SEÑORITA!

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Día 1: primer día en I-LAND...

Heesung y yo caminábamos con confianza a través del camino en medio del bosque. Desde que nos habían dado la noticia de que tendríamos una oportunidad para debutar, el tiempo había, literalmente, volado.

Habíamos comenzado a practicar más duro, más tiempo, y estábamos más que listos para poder comenzar con el nuevo desafío. Al ser ambos trainees desde hacía más de tres años y compañeros desde que habíamos empezado, habíamos decidido hacer nuestra presentación en conjunto. Éramos una unidad de dos.

- ¡Waah!-grité cuando me resbalé con una piedra. Me sujeté de Heesung casi haciendo que se cayera él también.

- Patosa.-y se rió el desgraciado.

- Que sepas, que por muy guapo que seas, eres horrible.-le dije con cara de indignidad fingida.

- Venga pulga, continuemos.

Casi habíamos llegado a un claro cuando al fondo vi un gran edificio. Era como un cubo de metal marrón y que parecía muy moderno. No podía creer que hubieran construido todo eso para el programa.

Heesung iba vestido con una camiseta de manga corta tye dye con colores fríos, unos pantalones negros y zapatillas de deporte junto a su mochila con todas sus pertenencias.

Yo llevaba una camiseta de manga larga de cuadros blancos y negros, de cuyas mangas colgaban unos cordones, junto con una camiseta negra de manga corta encima, unos pantalones negros tipo chándal y unas zapatillas blancas de esas estrambóticas que tanto me gustaban. Mi mochila era muy similar a la suya. Nos habían dicho que nuestra ropa no sería necesaria, así que llevábamos lo justo: aseo y alguna pertenencia esencial. Nada de móviles ni aparatos electrónicos como tablets, ordenadores o smartwatchs.

Todo mi vestuario era oversize por una razón. Bueno, dos razones. Una, me gustaba mucho la ropa holgada porque era muy cómoda; dos, si una bailarín es delgado, es mejor que se ponga ropa holgada porque da mayor sensación de movimiento y el efecto visual es mucho mejor.

𝑇𝐻𝐸 𝑁𝐸𝑊 𝐼𝐷𝑂𝐿☆(ᴱᴺᴴʸᴾᴱᴺ𝐼-𝐿𝐴𝑁𝐷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora