𝑇𝐻𝐸 𝑁𝐸𝑊 𝐼𝐷𝑂𝐿☆(ᴱᴺᴴʸᴾᴱᴺ𝐼-𝐿𝐴𝑁𝐷)

VIII-PRACTICING

5 días, 16 horas, 45 minutos y 16 segundos. Ese era el tiempo que nos quedaba para la primera misión. No habían pasado ni dos días, y ya habían cambiado al centro. No lo podía creer. 

Heesung estaba sentado en los sillones de la sala con el piano de la primera planta con un cojín en las piernas, con cara pensativa, y yo me encontraba tumbada a lo largo del asiento con la cabeza en el cojín. Comodidad ante todo. Entonces me miró.

- Gracias por defenderme ahí.

- No tienes que darlas. Eso es lo que pienso, y no me iba a quedar callada. ¿Qué creían?-él se rió como diciendo "Cierto, cierto" y volvió a su posición seria.-Es cierto que hiciste mal en hacer las cosas por tu cuenta, pero eres humano y puedes equivocarte. Además, has hecho más cosas bien de las que has hecho mal.-le miré y supe qué le pasaba.-No te mortifiques Heesung.

Él asintió, y supe que estaba intentando que mis palabras le calaran hondo. Me levanté y fui a por dos vasos de leche caliente a la cocina.

- ¿Estabas con Heesung?-una voz me hizo saltar sobre mí misma.-Jajajja, perdón.

- Jay, casi me matas. ¿No deberías estar en la cama?-le dije con el ceño fruncido extrañada.

- Si, pero tenía que ir al baño.

- Jajaja, te creo entonces. Y si, estaba con él. Necesita un poco de tiempo, pero no quiero que esté solo. 

- Siempre tan madura pero a veces tan infantil.-dijo él como diciendo "Cómo crecen".

- ¿Sabes que tenemos prácticamente la misma edad no?

- Eso es lo que tú te crees.

- No me digas que eres un viejo que se ha cambiado de cuerpo.

- Por favor, no empieces a desvariar, es muy tarde.

- Anda, vete a dormir.

- Buenas noches.

- Buenas nocheees. 

Bajé de nuevo a la sala, pero que quedé en la puerta al escuchar un sollozo. Dejé entonces en la puerta el vaso de leche y unos pañuelos, y me fui a la cama sin poder evitar que me doliera el pecho. 

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- Por favor, id al lobby.

Cuando aquella voz volvió a sonar, todos nos volvimos locos intentando averiguar para qué nos estaban llamando. 

- Le estoy empezando a coger asco a esa voz.-dije en alto. Todos nos sentamos en las sillas. 

A tan solo 2 días, 12 horas y 26 minutos, el reloj enorme que cronometraba la cuenta atrás, se paró. Entonces, el huevo giró.

- ¿Qué?

- Esperad un momento.

- Se han arrepentido de dejar que unos adolescentes hormonales estén aquí. Yo lo veo.-dije en alto sacando mis grandes conclusiones.

- Deja de decir tonterías anda.-y aquel era Jake, tan encantador como siempre. 

- Por favor, entrad de nuevo a la puerta.

- ¿En serio?

Aquello estaba siendo completamente inesperado. Nos metimos todos abrazados dentro del huevo ovni y éste empezó a girar. Entonces regresamos al escenario, pero había alguien de pie sobre él.