𝑇𝐻𝐸 𝑁𝐸𝑊 𝐼𝐷𝑂𝐿☆(ᴱᴺᴴʸᴾᴱᴺ𝐼-𝐿𝐴𝑁𝐷)

XXXVI-BIRTHDAY

Era nuestro día dos como ENHYPEN. Me estiré todavía acostada en la cama y abrí los ojos. No había nadie en la habitación. Abrí los ojos completamente sorprendida y me asusté. ¿Y si los habían secuestrado? La persiana estaba bajada, pero había algo de luz fuera que se colaba por la rendijas.

Y yo, como estúpida, en vez de estarme quieta y llamar a la policía, decidí ser como las típicas protagonistas de las películas que siempre he criticado y salir de la cama para buscarles.

Escuché un ruido en la cocina. Miré las cámaras. Estaban encendidas. Bien, si me asesinaban había pruebas y detendrían al asesino. Cogí un tacón que había como arma. Además, el asesino probablemente no sabía que yo sabía judo, jiujitsu, taekwondo y kárate. Si me querían matar, no se lo pondría nada fácil.

Y mientras yo me montaba toda la película en mi cabeza, estaba a dos pasos de la esquina de la cocina. Escuché unos susurros y un par de quejidos.

- Shh.

- Callaos.

- Nos va a escuchar.

- Me estás pisando hyung.

- Cállate y no te quejes.

Aquellas voces no eran de un asesino.

- Ya viene.-y ese susurro era de una de nuestras unnies del staff.

Me asomé con cautela, y entonces, un estallido de luces y de sonidos me hizo cerrar los ojos.

- ¡SORPRESA!

Abrí los ojos y me encontré a mis amigos delante de mí con una tarta en las manos y varios gorros de cumpleaños junto a todo el staff que había estado con nostros hasta ese momento. Había globos y el confeti que me acababan de lanzar estaba en todas partes.

- ¿Eh?-¿cómo que sorpresa?¿De qué me había perdido?

- ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ, TE DESEAMOS QUERIDA SORA, CUMPLEAÑOS FELIZ!

Ostras. Era mi cumpleaños.

- ¡Pide un deseo!

Me acerqué al mismo tiempo que ellos se acercaba a mí y Sunoo me ponía un gorro de papel. Cerré los ojos durante un par de segundos, y pedí un deseo. Después, soplé las velas.

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- No puedo creer que te hayas olvidado de que era tu cumpleaños.-dijo Ni-ki mientras se metía un gran trozo de tarta en la boca. Menudo desayuno que nos estábamos dando.

- Pues yo sí que me lo creo.-dijo Heesung. Maldito.

También invitamos al personal a un trozo de tarta y comimos todos juntos entre risas. A pesar de que era mi cumpleaños, tenía que ir a trabajar a la empresa porque todavía teníamos un debut que organizar, por lo que me cambié de ropa.

- ¡Jay!-grité desde el salón.

- ¡Voy!-unos pasos y a los pocos segundos estaba a mi lado.-¿Qué quieres?

- ¿Me ayudas con la ropa?

- Pero si ya tienes buen gusto.-me dijo con obviedad.

- Pero quiero que hoy me elijas tú la ropa.