CAPITULO 50

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Acapulco. ¿Que más podían pedir? Los mejores recuerdos de la infancia de Jos y beba seguramente era allí.

El lugar que presenció interminables noches de pasión de Lucero y Manuel.

Se arreglaron y fueron al lugar del evento.

Todos a los que ellos consideraban familia estaban ahí.

En el camerino Lucero esperaba a ser llamada para entrar cuando Mar tocó la puerta y entró.

Platicaron y de repente Mariana la abrazó.

- Éste ha sido uno de los mejores años de tu vida yo creo- le comentó.

- Ni te imaginas pero también fue de los más difíciles- admitió- lidiar con chismes y tonterías de la gente fue complicado pero lo logramos-.

Mariana asintió con la cabeza.

Se quedaron en silencio un momento hasta que Mar rompió el silencio.

- Lo que pase de aquí en adelante no será relevante porque con lo que pasó éste año ustedes me acaban de confirmar lo que llevaba sospechando desde que se divorciaron- dijo.

- ¿Que?- preguntó con curiosidad.

- Que un amor como el de ustedes no puede morir ni con cien dagas-.

Lucero sonrió ampliamente y asintió.

Antes de entrar, Manuel le tomó la mano a Lucero y le sonrió, ella le devolvió la sonrisa.

- Soy la mujer más feliz del mundo- pensó al momento de dar el primer paso. Al igual que lo hizo en su boda hace ya 25 años.

Fue el mejor y más memorable concierto de todos.

Cerraron año con sus hijos, cómo hacía tiempo no podían.

La gente aclamaba poder presenciar un beso de ellos dos pero para ver eso les faltaba mucho.

Todo había sido risas y sonrisas. El público gritaba y cantaba.

No pudo haber sido mejor.

Manuel recordó aquella canción que cantó alguna vez.

"María bonita". Una canción de Agustín Lara, la cuál le escribió a María Félix, la más grande diva en México.

Acuérdate de Acapulco de aquellas noches María Bonita, María del alma, acuérdate que en la playa con tus manitas las estrellitas las enjuagabas.

Cómo amaba a esa mujer parada en el escenario haciendo lo que amaba.

Llegaron al hotel y subieron a sus respectivas habitaciones.

Los dos se quedaron mirándose.

- ¿Me crees si te digo que sigo sin creerme todo lo que ha pasado con nosotros?- le dijo Lu.

Manuel en ese momento tuvo un recuerdo repentino.

<Flashback>

Era 2011.

Tal vez el peor año de sus vidas.

Acababan de firmar el divorcio hacía unos días atrás.

Los invitaron a una fiesta pero no sabían que el otro iría.

Llegaron al lugar, se vieron, se saludaron cortésmente y rápidamente escaparon.

Para su desgracia no pudo ser por mucho porque terminaron sentados en la misma mesa.

Todos se fueron yendo a bailar y así hasta el punto en qué se quedaron solos.

No sabían que decir así que se instaló un silencio.

El decidió romperlo.

- Y ¿Cómo has estado?- le preguntó, como si no lo supiera.

- Bien bien- mintió descaradamente, ya que se la había pasado viendo su álbum de bodas una y otra vez, sola, a las tres de la mañana todos los días mientras escuchaba canciones deprimentes. Pero no lo confesaria ni aunque su vida dependiera de ello- ¿Y tú?-.

- Súper- mintió, la realidad es que había estado llorando desde que firmó aquel papel y cantando canciones como "El breve espacio" mañana, tarde y noche.

- Que bueno- dijo.

- Si si-.

De nuevo el silencio incómodo regresó.

Lucero suspiró y empezó a juguetear con sus manos.

- ¿Me crees si te digo que sigo sin creerme todo lo que ha pasado con nosotros?-.

- Si- respondió- porque yo tampoco lo puedo creer-.

<Flashback>

Manuel sonrió.

- Te amo y me amas, eso es lo único que tienes que creer- le dijo para después besarla apasionadamente.

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Lo único que me queda decirles es que nos vemos en los agradecimientos  :')

<\3

F.C

Solo evolucionamos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora