𝐇| "Déjame grabar ese cielo que llevas en tus ojos, Satoru."
AU +18
_____ es una estudiante universitaria de Arquitectura, aficionada de la fotografía y cierto albino arrogante podría ser la mayor obra de su exposición.
Las cosas no terminarán co...
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—Llegaré tarde, no olvides tender la ropa.— llevaba mi celular en el hombro camino a mi ultima clase.
—¿Por quién me tomas?— respondió desde el otro lado con total indignación. —No me repondas.
—Bien, nos vemos luego. ¿Tienes como irte?— busqué un documento para mi clase dentro de mi mochila.
—Siempre hay una primera vez para usar el autobús.— Me detuve en seco ante sus palabras. —¿Qué?
—¿En serio nunca lo haz usado? Utahime, vas a terminar en otro continente.
—Ay ____, tan estúpida no soy.
—No te voy a contradecir porque ambas sabemos que es verdad.
—Eres lo peor.
—Tú también, nos vemos.— colgué.
Crucé el umbral de la clase, el maestro no estaba y pocos alumnos habían. Era la hora ideal para llegar, debido a que me molestaba de cierta forma el bullicio acumulado.
Saqué mis audífonos para ambientarme mientras esperaba el inicio del horario. Antes de que siquiera pudiera darle play a mi música, una voz me habló a mis espaldas.
—Hola.— fingí no oír hasta que tocó mi hombro.
—¿Qué?— dije sin voltear.
—Supe que cambiaste de pareja para el trabajo.— escuché como sonó el rechinar de la silla, al parecer se había acomodado sobre ella. —¿Tan infantil eres?
—¿Tanto te importa?— alcé levemente los hombros desinteresadamente, pero vaya que me estaba jodiendo.
—Creí que podíamos comenzar a llevarnos bien.— alcanzó un mechón de mi cabello y un escalofríos me recorrió. —Vamos ______, ¿Satoru Gojo? ¿En serio?
—¿Algún problema?— la voz del albino se escuchó y me volteé a ver la cara de Yamamoto que lo miraba un poco asustado. —¿Te asusta o algo?
La película frente a mí era un poco emocionante, sobre todo viendo lo diferente que eran físicamente, ya que eran todo lo opuesto; Yamamoto, moreno y de baja estatura pero buena complexión física al ser deportista y Satoru, alto, delgado y desteñido.
—¿Por qué debería?— el chico a mi espalda ni se esforzó en ponerse de pie a encararlo, seguía sentado viéndolo desde abajo. —Sólo hablaba con _____, nada más.
—Pues yo no vi eso.— esbozó una sonrisa ladina bajo esos anteojos oscuros. —Más bien vi cómo le hablabas a su espalda.
—Bien, me iré.— le dio un golpe sutil a la mesa y se puso de pie. —Espero que dejes de escapar _____, yo no muerdo.— se despidió con un beso al aire y salió por la puerta.
