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T / N

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T / N

No podía quitarme esa imagen de la cabeza por más que me obligara a hacerlo. Buscar y enviar mis documentos a distintas empresas no era suficiente distractor.

Cómo lo odio, perro desgraciado.

—Ya me harté.— dejé la computadora de lado y me paré de mi escritorio. 

Era de noche, Megumi ya dormía en su cama y desde aquí oía a Utahime roncar en la habitación de al lado.

Caminé de un lado a otro suspirando y pensando.

Y esa imagen volvía a mi cabeza como una escena de película, él bastante emocionado conversando con esa mujer de vestimenta formal, cabello frondoso y altos tacones. Pero eso se podría interpretar de cualquier forma, hasta como una conversación casual, si no fuera porque el muy malparido...

No, su madre no tiene la culpa de haber dado a luz a un ser tan detestable como él.

Si no fuera porque me ha ignorado y encima, me ha mentido. Por las fechas que él mencionada, aún debía encontrarse fuera del país, pero el mundo es un pañuelo. 

Podría creer que esto era producto de mi imaginación, pero las fotografías en mi cámara delataban lo contrario. Eso fue real. Sólo hay que esperar a que aparezca.

[...]

Estaba terminando de almorzar, ya 2 días habían pasado desde que me encontré con aquella escena. Y la verdad, me costaba pensar en otra cosa. Ya a este punto había dejado de insistir con llamadas y mensajes, intentando terminar trabajo pendiente. Mente ocupada no extraña a nadie, así decían.

En media hora debía de ir por Megumi a la escuela. Después iríamos a comer helado a la cafetería donde Utahime trabaja, se nos uniría Haibara y Shoko. Según decían, para celebrar que mi proyecto artístico había pasado la selección. Eso me tenía muy contenta.

Revisaba mis redes sociales terminando mi plato de comida, cuando mi timbre sonó.

Sin mucha expectativa fui a abrir la puerta, sin esperar a que él apareciera.

—¡Sorpresa!— extendió sus brazos alegremente. —¿Me extrañaste? Porque yo a ti sí.— estiró sus labios hasta mí, pero me hice a un lado abriendo completamente la puerta. 

—Hola Gojo.— le hice el gesto con mi mano. —Pasa.

—¡Mira, traje muchos dulces! ¿Quieres comer? Es aburrido compartir con gente tan seria, les falta una buena cuota de azúcar para... Espera, ¿me llamaste Gojo?— se detuvo a medio camino de sacar la bolsa de sus bolsillos. —¿Pasó algo? ¿Estás molesta?

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora