𝐇| "Déjame grabar ese cielo que llevas en tus ojos, Satoru."
AU +18
_____ es una estudiante universitaria de Arquitectura, aficionada de la fotografía y cierto albino arrogante podría ser la mayor obra de su exposición.
Las cosas no terminarán co...
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La fotografía para mi ha sido un viaje lleno de descubrimientos. Guardar recuerdos y momentos importantes. Revivir aquello que es olvidado por la memoria.
Mi primera cámara la obtuve para mi séptimo cumpleaños. Fue un regalo de mis abuelos y lo disfruté como si de aquello dependiera mi vida. Enmarqué y presencié escenas únicas a través del lente y plasmé en papel a quienes formaron parte de mi vida y ya no están.
—Prueba esto hija.— Mi padre me acercó una fuente con alimentos en extraña forma y olor.
—¿Qué es esto?— Me acerqué a oler y una mueca de rareza se formó en mi rostro.
—Tu padre lo vio en un programa de televisión.— Mi madre sonrió orgullosa.
Con respecto al amor, nunca fue una de mis prioridades. Tuve algunos novios a lo largo de mi vida. y sólo uno fue importante. Terminamos porque se fue a Francia hace dos años a estudiar música.
Al ver a mis padres me pregunto ¿Conoceré a alguien que me complemente a tal nivel? En mis actuales 23 años he visto muchas cosas. Entre películas y libros leído sobre la historia de la princesa que es rescatada por el príncipe en su caballo con armadura y espada.
¿Será que debo quedarme de brazos cruzados y ver la vida pasar mientras espero que aparezca a través de una ventana dispuesto a liberarme de la esclavitud de la vida? No lo creo.
—¿Lo viste en televisión?— Asintió. —Y ¿Cómo se llama el plato?— Le di una probada.
—No lo sé, sólo apareció rápidamente en un comercial y con lo que recuerdo haber visto lo preparé.— Sonrió y siguió comiendo a lo que yo me atoré pensando en quizás qué cosas involucró en la preparación.
Mi mamá rápidamente se puso de pie y comenzó a golpearme la espalda.
—¿Q-qué? ¿No lo viste en tus shows de comida?— Negó con los ojos cerrados disfrutando de su comida. —Papá, te he dicho que lo que es publicidad...
—No es realidad.— Terminó la frase. —Se veía bien ¿Ok?
—Bien, bien. Lo siento.
—¿A qué hora te irás hoy?— Preguntó la mujer.
—Luego del almuerzo. Iré a buscar a Utahime a casa de sus padres.
La comida continuó con normalidad, con las extrañas conversaciones de mis padres sobre quién habrá apodado al puré como puré, yo observando y riendo de sus ocurrencias y como todo día domingo en familia, debía terminar y yo abandonar la casa en la que había crecido.
—Te guardé comida para dos días.
—Tu ropa está lavada y doblada.— Me apretó las mejillas.
—Los amo.— Me acerqué a abrazarlos a ambos.
—Saluda a Utahime de nuestra parte.— Mi madre me acarició el cabello. —Conduce con cuidado.
