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T / N

A empujones abrimos la puerta de lo que esperaba fuera la habitación.

—Creo que esta es.— dijo riendo entre el beso.

Volví a agarrarlo y acercarlo a mí. Quería tenerlo lo más cerca posible.

Torpemente comencé a desabrochar su camisa para sentir su abdomen marcado y su piel caliente. Deslicé mis manos desde sus pectorales hasta su espalda sintiendo sus músculos tensarse.

Choqué con algo detrás a la altura de mi rodilla. Confiaba en que eso era la cama.

—Maldita sea, déjame quitarte esto.— con sus manos en mi cuello me dio besos húmedos.

Cerré los ojos sintiendo su respiración agitada en mi oído.

—Satoru...— gemí.

Terminó de quitar mi chaqueta y desabrochar mi blusa.

—No sabes cuánto esperé este momento.— reí. —Te necesito tanto.— su voz agitada me encendía.

De pronto dejé de sentirlo en mi cuello y lo vi de rodillas frente a mí. Sus manos estaban en mis caderas hasta que las guio al botón de mi pantalón.

Bajó el cierre dejando todo mi torso al descubierto hasta mi ropa interior. Dio unos besos húmedos en mi abdomen bajo y terminó por quitar mi pantalón junto a mi calzón.

Besó mi monte de venus y mi ombligo haciendo un camino hacia arriba, pero mi mano en su hombro le impidió continuar.

—Quédate ahí.— dije.

Como respuesta obtuve una sonrisa traviesa.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando la boca de Gojo se acercó con determinación a mi punto débil.

Su lengua hizo un trabajo que conocía a la perfección, yo no podía dejar de gemir y sus grandes manos se aferraban con fuerza a mis caderas. Probablemente quedarían marcadas al día siguiente.

—Sostente.— dijo antes de levantar mi pierna derecha y ponerla en su hombro.

Me sostuve como pude a sus hombros. Sentía mis piernas débiles por el gran trabajo que estaba haciendo.

—Ay...— cerré mi boca con fuerza.

—No te calles.— respondió agitado. —Déjame escucharte, por favor.

Suspiró y siguió con lo suyo.

A tontas intenté sostenerme de la pared pero me fue imposible.

Mis piernas temblaban y él lo notó, puesto que se puso de pie con el cabello desordenado, su torso al descubierto hecho un total desastre y me sujetó entre sus brazos.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora