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G O J O

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G O J O

Caminaba por el pasillo del campus, derecho a la clase que tenía hoy. No veía a _____ desde el sábado luego de la visita a la escuela, ya que el domingo ambos teníamos trabajo pendiente. Pero eso no quitó que perdiéramos el contacto, claro que no. 

Me gustaba oír su voz a través del teléfono antes de dormir.

Hoy lunes, la rutina volvía y con ello, mis deberes estudiantiles. La clase de ahora la tenía con mi chica de ojos especiales, lo que hacía que con más ganas de las que normalmente asisto (ninguna) llegara caminando a la respectiva sala.

Pero a unos 10 metros de llegar, la veo de frente encaminada hacia el mismo lugar. Me vio de inmediato y una dulce sonrisa apareció en su rostro. Sonreí como un idiota.

Me quedé quieto un instante con mi mochila colgando de un hombro y mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Ella venía con un abrigo largo y un bolso, su cabello estaba apenas desordenado y hasta acá podía sentir su aroma con el viento pegar en su espalda.

Sonrió aún más achinando sus ojos y caminó hacia mi sin esperar a que yo hiciera lo mismo y sin decirme nada, pasó sus brazos por mi cuello y me dio un dulce beso a la vista de todos.

Me sacó una risa al ver lo alegre que venía. Pagaría porque estuviera así de risueña siempre.

—Buenos días, belleza. ¿Cómo dormiste?— sostuve su cintura manteniendo mi sonrisa al verla tan contenta. 

—Con mi nuevo peluche.— estaba embobado con su rostro. —Gracias.

—Es lo mínimo que puedo hacer.— hice trazos con mis dedos en su espalda.

—¿Y qué es lo máximo?

—Poner el mundo a tus pies, si me lo pides.— besé su frente. 

—Deberíamos entrar a clases.

Hice una mueca de súplica ante tal petición. La verdad es que no tenía el más mínimo interés.

—¿Y si estudiamos juntos después? Tú me enseñas y yo aprendo.

—No podríamos estudiar juntos porque tú precisamente no nos dejarías.— pasó su dedo índice por mi nariz.

—Podríamos estar haciendo otra cosa en vez de estar estudiando.— alcé mis cejas.

Vamos a ver, teniendo a esta mujer al frente, ¿quién en su sano juicio se podría concentrar?

—Lo tendrás luego si entras a clases.— sentenció.

Bufé resignado.

—Bien, pero que conste que te lo voy a recordar.— le señalé entrando a la sala.

—¿Y cuando me he negado?— toda la razón.

[...]

Estuve sentado durante la clase al lado de _____. Ella se veía muy concentrada pero mi cabeza estaba en otra parte, más específicamente en la charla que tuve anoche con Nanami.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora