𝐇| "Déjame grabar ese cielo que llevas en tus ojos, Satoru."
AU +18
_____ es una estudiante universitaria de Arquitectura, aficionada de la fotografía y cierto albino arrogante podría ser la mayor obra de su exposición.
Las cosas no terminarán co...
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T / N
Llegamos al evento en un reconocido hotel de la ciudad. Al entrar, había un sinfín de autos lujosos y personas muy bien vestidas.
Nos paramos en la entrada, donde habían 2 hombres a cada lado sosteniendo una puerta.
Parpadee un par de veces tratando de asimilar lo que estaba viendo.
—¿Lista?— seguía con mi brazo anclado al suyo.
—Lista.
Las puertas se abrieron y la multitud se veía. Conversaban entre ellos con música de ambiente.
Habían mesas con diversas comidas y garzones sirviendo bebidas, ese tipo de cosas.
—¡Satoru!— un hombre de traje al igual que el resto se le acercó por el costado. —Estás tan grande. Hombre que bueno verte aquí.
Mientras veía en su rostro cómo fingía que recordaba a aquél sujeto, me desplacé para ir en busca de comida. Tenía hambre, la verdad.
En el transcurso de mirar discretamente por los rincones, saludaba amablemente con una sonrisa a quienes hacían contacto visual conmigo.
—Al fin.— dije al ver una mesa llena de coctelería.
Con disimulo comencé a comer esos trozos de queso, se veían deliciosos. En eso, revisé mi celular al recibir un mensaje; Era una imagen Shoko y Utahime viendo una película en el dormitorio de la castaña.
—¿Muy aburrida?— una voz alegre me descolocó.
Traté de comer lo que tenía en la boca para poder responder.
—Qué mal educado de mi parte.— estiró su mano en mi dirección. —Takuma Ino, señorita.
—_____ Inoue.— respondí a su saludo.
—Nunca la había visto, ¿usted trabaja aquí?— era un chico demasiado alegre y lleno de vida. Negué a su pregunta. —Oh... Yo he venido porque estoy haciendo mi practica laboral. Kento Nanami es mi mentor.
—¿Práctica laboral? Te ves muy joven.
—Lo tomaré como un cumplido viniendo de usted, señorita.— hizo una leve reverencia, lo que me hizo reír. —Y no, no soy tan joven. Tengo 21 años.
—¿Conoces a alguien de aquí?— traté de disimular mis ganas de comerme el banquete entero. Debí cenar antes de venir.
—La verdad es que apenas y habla la gente de aquí. Son muy raros, trabajan sin parar.
—Es parte del sistema, Ino.— al llamarlo de una manera menos formal noté como sus mejillas se sonrojaron levemente. —¿Te molesta que te llame así?