𝐇| "Déjame grabar ese cielo que llevas en tus ojos, Satoru."
AU +18
_____ es una estudiante universitaria de Arquitectura, aficionada de la fotografía y cierto albino arrogante podría ser la mayor obra de su exposición.
Las cosas no terminarán co...
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—Llegaste tarde.— levantó la mirada aún con sus anteojos puestos. —¿Sukuna es amigo tuyo?
Moví la silla haciendo un leve sonido del roce entre maderas y me senté.
—No, sólo me pidió una sesión de fotos. ¿Tienes algún problema con él?— de mi mochila saqué mi laptop y los instrumentos de trabajo.
—Con él directamente no, creo.— rascó su cabeza.
—¿Entonces te invitó a su fiesta?— consulté desinteresadamente buscando los archivos. —Oh, aquí está.
—¿Qué dijiste?— se acercó un poco inclinándose hacia adelante, me asusté.
—Que encontré esto.— alcé el boceto que habíamos dibujado.
—No, antes de eso.— se movió un poco más y yo me apoyé completamente en el respaldo.
—¿La fiesta de cumpleaños de Sukuna?— dije dudosa.
—¡Sí!— hizo el ademán con las manos algo entusiasmado. —Eso... ¿Qué sabes sobre eso?
—Hmm, me invitó a mí y a mis amigos... ¿Por qué?
—Oh pues nada... Nada...— evitó mi mirada a toda costa. —¿Somos amigos, verdad?
—¿En serio?— lo miré seria por entender su punto. —No pienso ir de todos modos si crees que te voy a llevar.
—¡Oh por favor!— se levantó apoyando ambas manos en la mesa. —Estamos hablando de la casa de Sukuna.
—Es jueves.— lo miré atónita.
—Qué maravilla, ¿No?
—Por qué no me dices directamente cuál es la prisa con ir.— me crucé de brazos. —Deja pedir un café y hablamos.— levanté la mano llamando la atención de una mesera. —Quiero un frappé, por favor.
—En seguida, señorita.— la joven mesera tomó la orden y se fue.
—¿Cuál es la necesidad de ir?— me apoyé con los codos sobre la mesa. —¿Hmm?
—Es una fiesta en la casa de uno de los chicos mejores acomodados de todo el campus. ¿Qué te dice eso?— estaba con los brazos cruzados, mirando hacia otro lado.
—¿Que será una gran celebración?
—Será una gran celebración, exacto.— me señaló chasqueando los dedos.
—¿Y por qué no te invitó?— abrí mi laptop para comenzar con el trabajo.
—Tenemos un tema en común.— murmuró.
—¿Y eso no los hace amigos?— miré sobre la pantalla sus oscuros lentes.
—Nosotros, querida _____... Somos amigos.
—Somos compañeros de clases.— le sonreí mostrando mi intención de no ir.
—Lo resolveremos de inmediato. Vamos a jugar piedra, papel o tijera para...— su celular vibró. —Dame un segundo.— era una llamada que contestó. —¿Hola? Sí, con él.