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T / N

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T / N

Antes de abrir los ojos ya sentía como mis caderas dolían. Moverme en la cama se volvía una tarea dolorosa y antes de quejarme, sentí como a mi lado no había nadie.

Mis dudas se aclararon en el momento que la puerta de mi habitación se abrió.

—Despertaste, bella durmiente.— era Satoru.

—¿Qué hora es?— se sentó en la cama a mi lado. 

—Son las 10.30.— dijo. —Me levanté a prepararle el desayuno a Megumi, tenía hambre.

—¿Mi mamá ya se levantó?— me quejé.

—Estamos preparando las cosas del almuerzo, envió a tu padre a buscar a sus hermanas y sobrinas, no recuerdo donde.

—¿Estamos?— volví a quejarme.

—Le estoy ayudando a cocinar, ¿te sientes bien?— preguntó en un tono preocupado.

—Me duele todo el cuerpo.— le miré mal y me senté en la cama, de pronto la cara de Satoru pasó a una de miedo al verme. —¿Qué?

Señaló mi cuello.

En 2 segundos ya me encontraba frente al espejo viendo el moretón que se encontraba al costado derecho de mi cuello.

En el reflejo apareció el culpable detrás.

—Lo siento, pero tienen que haber más.— dijo antes de levantar mi playera y dejar al descubierto las marcas que tenía en el abdomen, costillas, senos, pecho y clavículas. —Perdón.

—Ese perdón no viene con ni una pizca de arrepentimiento.— me bajé mi pijama y volteé a verlo.

—Y lo volvería a hacer.

—Te odio.

—Ambos sabemos que me adoras en el fondo de tu corazón. Soy un mal necesario en tu vida ____.— dijo con una sonrisita.

—Sal para cambiarme y tapar esto de alguna forma.

—Ni quería ver, de todos modos tengo que ir a revisar que no se queme la olla.— dijo saliendo de la habitación.

Suspiré y negué con la cabeza antes de ir a darme una ducha.

[...]

Me vestí cómoda con mis botas negras, falda del mismo color y un sweater color vino. Cubrí con maquillaje las marcas mas visibles y ondulé mi cabello de una forma sutil.

Bajé para encontrarme con mi madre y Satoru preparando todo lo que era comida y junto a Megumi decoramos con globos, cintas y todo para el cumpleaños.

—¿Con estos globos bastará?— preguntó el pequeño al terminar de inflar el ultimo globo para yo hacerle el nudito.

—Son más que suficientes, muchas gracias.— le di una caricia en la cabeza. 

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora