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G O J O

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G O J O

Inevitablemente había despertado temprano por la mañana gracias a los mil mensajes de Nanami para que revisara unos documentos y archivos que me había enviado. Sin embargo, ______ y Megumi dormían plácidamente a mi lado.

Me detuve a observarlos un momento y sin que lo notaran, saqué una foto con mi celular. 

Terminé de cubrirlos bien con las mantas y me encaminé a la cocina a prepararme un café para tener el cerebro medianamente activo a esta hora. Cogí mi laptop de la sala y volví por las escaleras a la habitación. Me acomodé a su lado con las piernas flectadas para poner allí mi computadora y mi café en mi mesa a un lado de la cama. 

Me puse a leer algunos escritos hasta que sentí la voz somnolienta de _____.

—¿Te desperté?— traía su cabello desordenado. 

Negó bostezando estirando sus brazos dentro del espacio reducido que tenía ya que Megumi seguía durmiendo pegado al cuerpo de ______.

—Voy a tener que conseguir una cama más grande al parecer.— le saqué una sonrisa mientras acariciaba su cabeza. —¿Te quedarás a comer?

—¿Quieres que me quede?

—La duda ofende. Claro que sí.— dejé mi laptop sobre la mesa y me acosté a su lado para abrazarla desde atrás, sintiendo el calor de su cuerpo y las sabanas. —Me gustaría que te quedaras por siempre, de hecho.

—Enloquecería al quinto día.— bromeaba, pero yo en el fondo no.

—Cuando te cases conmigo vas a tener que soportarme.— no pensé.

Ese maldito silencio otra vez. Pero sentí sus manos posarse sobre las mías en su cintura.

—¿Me vas a pedir matrimonio algún día?

—Lo voy a pensar.— claro que sí.

[...]

Insistió en ayudarme a preparar el desayuno por más que yo le rogué que se quedara en la cama pero el menor ya había despertado y tenía hambre.

—¿Quieres huevos Megumi?— se veía concentrada en la cocina rompiendo 3 huevos sobre el sartén.

Yo por mi parte estaba preparando café con leche para ambos y un vaso con jugo para el pelinegro quien dibujaba sobre el mesón de mármol blanco de la cocina.

—Sí, por favor.— respondió sin levantar la vista.

—¿Nos vas a contar que soñaste anoche?— quise preguntar sin esperar la patada que me llegó de _____ ante lo que había dicho.

—No le hagas caso Megumi. No tienes que contarnos si no quieres.— me dio una fea mirada. —¿Dormiste bien?

Asintió.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora