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T / N

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T / N

—Éramos amigos en la preparatoria.— con detenimiento Haibara me respondía las dudas respecto a su relación con el rubio. —Nanami siempre ha sido igual de serio, no creas que no le agradas. 

Era un buen día para ir caminando con calma a nuestros respectivos salones de clases.

—¿Él es...?— lo vi buscando que me respondiera la pregunta sin hacerla.

—Es abogado.— completó. —Trabaja en esa empresa hace algunos años.

Cuando me iba acercando a la puerta que correspondía a mi salón, vi una figura muy conocida apoyada en el marco de la puerta con su celular en la mano viéndolo muy desinteresadamente. 

—¿Sukuna?— me detuve frente a él. —¿Buscas a alguien?— me sorprendí, puesto que la facultad de deportes se encuentra al otro extremo. Verlo por aquí es poco común.

—______.— su rostro denotaba molestia. —Si, necesito hablar contigo.

Al enderezar su postura, la diferencia de altura entre ambos era bastante notoria. 

—Claro...— estaba dudosa por su tono de voz. —¿Ocurrió algo malo?

—Mei me contó que el imbécil de Gojo anduvo de intruso en su casa y no para decirle cosas buenas.— ¿cómo había dicho? —Dile a tu noviecito que deje a Mei en paz, sería un desperdicio darle una paliza otra vez. 

—¿Disculpa?— estaba en shock. 

—No quiero volver a saber que Satoru anda molestando a Mei, eso es todo.

—Es una pena que no sepas controlar a tu novio.— detrás de Sukuna apareció Mei, luciendo un increíble peinado con su increíble cabello. —¿Así de fácil también se arranca tu hijo? Que pena que aparte de ser una mala ama de casa, seas una mala madre. 

En el momento en que se posicionó sobre mí, no distinguí el tiempo en que mi mano impactó su mejilla.

Oh, oh.

Después daría las explicaciones necesarias respecto a ese tema.

—Límpiate esa boca antes de hablar de él.— mi sangre hervía a temperaturas incalculables y en este estado no era capaz de distinguir que era lo moralmente correcto.

Estaba furiosa. ¿Quién se cree que es?

Su perfecto peinado había sido arruinado. Que pena. 

Con su mano en su mejilla y los ojos aguados me dio una ultima mirada.

—Perra asquerosa.— se abalanzó sobre mi tarándonos de un empujón directo al suelo.

Mi espalda impactó con el frío material y podía sentir su cuerpo sobre mi.

A lo lejos escuchaba la voz de Yu diciendo quizá qué cosa.

Siendo bien honesta, no tenía cómo hacerle competencia a Mei en un conflicto cuerpo a cuerpo. Su contextura trabajada la hacía una persona resistente y con fuerza a comparación de mi escuálido cuerpo y mal estado físico.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora