|13|

2.4K 291 101
                                    

Presente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Presente.

T / N


Miré a mi alrededor luego del lapso filosófico que Chris me había brindado. A lo lejos pude ver una cubeta que en su momento tenía hielos para conservar las bebidas, pero ahora está vacía.

No bastó más tiempo de duda y con agilidad me moví entre el desastre de personas que había y lo llené de agua hasta que mi cuerpo fuese capaz de cargar.

—Con esto bastará, supongo.— cargué con fuerza la cubeta y con algo de torpeza me moví hasta el par.

Tenía miedo, lógico. Ver a dos tipos de gran altura y tamaño peleando al lado tuyo, sin mencionar que estás en la casa de uno de ellos y está peleando justamente con la persona que TÚ trajiste a SU casa sin SU consentimiento.

Debería dejar todo e irme, ¿no?

El agua recorrió ambos cuerpos y la voz ahogada de Satoru se escuchó.

—¡¿Pero qué?!— aprovechando la distracción, el albino empujó su contrincante quitándoselo de encima.

—Ya basta.— debía sonar firme, ya estaba metida en esto. —Lo siento Ryomen, debemos irnos.

No reaccionó. Ninguno, de hecho.

Del brazo agarré a Gojo y como una mamá molesta lo llevé conmigo a la sala donde creí que estaría Suguro después de tanto desmadre.

Ahí estaba, golpeando a un sujeto. Pero me alteré cuando lo vi sostener una silla.

—¡Hey! ¡Suguro!— Gojo habló y el pelinegro lo observó con una mueca al verlo empapado.

Estaba molesta.

Sin soltarlo camine hasta la puerta a paso acelerado y lo solté una vez estuvimos fuera.

—Me empapaste.— habló indignado limpiado sus gafas con lo poco y nada que estaba seco de su atuendo. —Carajo.

—¿Ahora el molesto eres tú?— me giré a verlo, a lo que ladeó su rostro algo confundido. —Increíble... O sea, te traigo a una fiesta... No, no, no. Me traes— hice énfasis. — a una fiesta, contra mi voluntad y encima, te besas a la novia del anfitrión, ¿y el molesto eres tú?

—No entiendes lo que está pasando.

—Pues bien, explica.— hice el ademán con la mano dándole la palabra. —Porque me parece ridículo.

—Es complejo.

—Te escucho.

—Muy complejo.

—Me estás irritando.

—Tan complejo que no sé cómo explicarlo.

—Definitivamente debí dejar que Sukuna te partiera el cuello.— me crucé de brazos.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora