Capítulo 13: Chochín

49 4 0
                                    


Chochín tenía catorce y no tenía tiempo para las tonterías de Indomable.

Probablemente debería haber adivinado que estaba tramando algo cuando lo vio estudiar las mercancías de un joyero y parecía tan contento de verla.

—¡Chochín! —gritó—. Al fin le había dicho su nombre durante su tercera reunión, pensando que no podía hacer nada malo con él—. ¡Tengo una idea genial!

—Bien por ti —Chochín dijo—. No puedo quedarme mucho tiempo hoy. —Le había prometido a Cielo que regresaría antes del anochecer. Él recientemente había decidido que podía cantar (que objetivamente era un poco inexacto) y quería escribir una canción para ella—. Aquí hay otra escama. Necesito...

—Alto, alto, alto —Indomable dijo—. Escucha. Sé que tienes una reserva de estas y me estás trayendo una a la vez. También sé que no tienes una familia, ya que nunca compras nada por nadie más, y tienes miedo de entrar en la ciudad, que significa que probablemente eres una huérfana.

Chochín puso las manos sobre las caderas y lo fulminó con la mirada—. Parece que piensas que sabes muchas cosas que no son asunto tuyo.

—Pero ¡ya no tienes que preocuparte! —dijo—. Por mi genial idea. Deberías casarte conmigo.

Chochín le parpadeó y miró por encima del hombro para ver si alguien estaba de pie detrás de ella. El guardaespaldas puercoespín estaba allí, un poco más cerca de lo que le hubiera gustado. Suponía que Indomable no estaba proponiendo matrimonio a él.

—No —Chochín le dijo a Indomable—. Para ser más preciso: nunca.

—¿Qué? —dijo mientras desvanecía su expresión de emoción.

—Sí que tengo una familia —Chochín dijo. «Mi familia es un dragón, pero no tienes que saber eso»—. Y no me interesa en absoluto casarme ni vivir en una ciudad. Para alguien que quiere casarse conmigo, no pareces conocerme muy bien.

Indomable alzó las manos—. Porque siempre te VAS —se quejó—. Si me caso contigo, tendrás que quedarte. Te compraré muchas cosas. Puedes traer toda tu reserva de escamas de dragón para que podamos ser superricos juntos. Y ¡podrás ser la princesa de la ciudad! ¡Es un sueño hecho realidad!

—Indomable, solo diré esto una vez, así que escucha bien —Chochín dijo—. Puaj.

—Pero ¿por quéééééé? —exigió saber.

—Porque no quiero muchas cosas, odio a las ciudades y las personas, y no quiero ningún amigo salvo a ti —Chochín dijo. «Amigos a medias —se corrigió en su mente—. Del tipo que hablan cortésmente una vez al año y nada más».

—Mi vida es tan injusta —Indomable dijo, sentándose en el suelo. Gato se acurrucó en su regazo y miró tristemente a Chochín—. Todo es terrible.

—En realidad no es mi responsabilidad arreglar tu vida dándote todo lo que quieras —Chochín señaló—. No soy una escama de dragón que puedas añadir a tu colección. Soy una persona. No tienes derecho a tenerme junto a todo lo demás.

—Cada vez que te veo, me enojas —dijo—. Pero entonces estoy tan aburrido hasta que regreses.

—¡Indomable! —Chochín dijo—. ¡Eso definitivamente es un problema que tienes que solucionar por tu cuenta!

—Uf —masculló, hundiendo la cara en el pelaje de Gato.

—Deberías intentar leer —Chochín sugirió—. Es mucho más divertido que casarse.

Indomable la miró para ver si se estaba burlando de él, pero estaba hablando en serio. Ella pensaba que era una idea maravillosa, y debía de tener acceso a cientos de libros.

Alas de Fuego Leyendas #2: MatadragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora