Capítulo 29: Chochín

47 6 6
                                    

Había unas formas de matar a un dragón. El método tradicional, el con los apuñalamientos y los gritos y la sangre por todas partes, a Chochín le parecía un poco demasiado notable y muy demasiado complejo y sucio.

—Creo que necesitaré una espada mejor —dijo ella—. Entonces esperaré hasta que se duerma y le apuñalaré el ojo. Pero él tendría tiempo para despertarse rugiendo y tal vez matarnos dos. Y definitivamente llamaría la atención de todo el palacio. No podré robar la llave y escapar contigo si hay ochenta dragones aquí resbalándose en su sangre y gritando sobre un ataque humano.

—Especialmente después de la última vez —Cielo añadió—. Un humano mató a la reina Ala Arenosa anterior, así que son EXTRA superparanoicos al respecto.

—¿De veras? —Chochín le preguntó—. ¿Cómo lo logró?

—No estoy seguro —Cielo confesó—. La apuñaló, creo.

—Hm. —Chochín pensó en eso por un momento. No cabía en su experiencia caminando por el palacio. Los dos dragones que la habían vislumbrado no habían reaccionado como si ella pudiera ser peligrosa. Habían continuado lo que estaban haciendo como si no fuera raro ver a un humano en las alacenas.

También se preguntó por qué un humano se molestaría en matar a una reina dragona. Tal vez la dragona había amenazado a su aldea. Chochín no creía que mataría a un dragón para salvar a Talismán y a sus aldeanos mezquinos y horribles. Pero había una pequeña parte de ella que esperaba que matar al general Torbellino detendría el ataque que él estaba planeando contra la Ciudad Indestructible.

No por Indomable. Indomable era un tonto. Pero había muchas otras personas que vivían en la Ciudad Indestructible o que estaban intentando entrarla, y tal vez una o dos de ellas no eran terribles. Los niños que ella había empujado en el escondite con Indomable habían valido la pena recatar, ella pensaba.

—Si quiero hacerlo sin hacer ruido —dijo ella—, ¿cuáles son mis opciones?

—¿Hacer el techo caer sobre su cabeza? —Cielo sugirió.

Chochín le echó una mirada—. ¿Cómo esa es la opción CALLADA, Cielo?

—No sé —dijo él—. ¿Un ladrillo a la vez?

Chochín se rió—. Deseo que tuvieras un ejército caracol de verdad —dijo—. Esto sería un momento excelente para que un ejército de caracoles beligerantes nos ayude.

Miró por la ventana al desierto más allá de la muralla, donde Torbellino estaba dirigiendo un escuadrón de soldados en unas maniobras aéreas.

—¡Tal vez puedes pedir ayuda a otros dragones! —Cielo dijo—. Como el dragón negro que se te llevó aquí. Podrías presentarte a otros dragones en el palacio y preguntar si a alguien le gustaría ayudarte a asesinar a Torbellino. Oh, tal vez el príncipe. Parecía menos hostil que los demás.

—Por divertido que suene ese plan —Chochín dijo—, y aunque estoy segura de que a muchos dragones les encantaría ver a Torbellino morir, no creo que sea probable que encuentre otro dragón tan amable como Medio Muerto.

—Aún creo que lo estás diciendo mal —Cielo dijo—. ¿Tal vez se supone que la primera parte sea "mort"? ¿Mortal, tal vez?

—No, eso no fue —Chochín dijo—. De todos modos, dijo que puedo llamarle Medio Muerto. Me pregunto cómo él asesina a otros dragones. Era increíblemente sigiloso.

—Yo puedo ser increíblemente sigiloso —Cielo dijo, celosamente y muy incorrectamente.

—Claro, dulzura —Chochín dijo, dándole una palmada en las garras—. Bueno, la forma más sigilosa que se me ocurre de matar a alguien es el veneno. Así que me voy a trabajar en eso, y regresaré pronto.

Alas de Fuego Leyendas #2: MatadragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora