Una mañana poco después del séptimo cumpleaños de Chochín, sus padres la obligaron a llevar su mejor vestido de lana, la inmovilizaron para poner aceite en su cabello rizado, y la trajeron a la cima de la montaña para ser devorada por un dragón.
No le contaron que ese era el plan, por supuesto. No le dijeron «Adivina qué te pasará hoy» o «malas noticias acerca de aquella expedición de subir árboles que planeaste para mañana». No le dijeron mucho salvo «¡deja de moverte!» y «¡no te atrevas a morderme!»
Si le hubieran contado que iba a ser el desayuno de un dragón, ella habría señalado que al dragón no le importaría su cabello, así que no tenían que pasar los últimos momentos de su vida torturándola.
Pero en lugar de eso, ella pensó que la atraparían en otra caminata larga con los dragonmantes por otro sermón edificante acerca del comportamiento de los dragones, así que se limitó a preguntarse, mientras caminaban a través del bosque, por qué sus padres se agarraban las manos con tanta fuerza, y por qué ningún otro niño de la aldea había sido obligado a acompañarlos.
Era demasiado joven como para acordarse del aprendiz que había sido sacrificado cinco años antes, especialmente ya que era prohibido hablar de los regalos que la aldea les daba a los dragones. Y a pesar de lo que los dragonmantes creían, Chochín no había entendido todo lo que había leído en los libros que les había robado.
Chochín notó a los otros aldeanos mirarla de reojo, pero no se le ocurrió que eran miradas de «es bueno que ELLA será dada de comer a los dragones en vez de YO». Pensó que eran las miradas de «ahí va Chochín, la niña con la furia de un dragón» que siempre recibía. Le gustaba echarles su propia mueca horrible para que pueda verlos ponerse pálidos y apartar la mirada rápidamente.
Pero debería haber estado más recelosa. Debería haberse dado cuenta de que sus padres estaban demasiado callados. Es solo que nadie espera ser dado de comer a los dragones.
Entonces de repente un dragonmante se detuvo y levantó las manos, y todos los aldeanos se detuvieron y miraron a Chochín. Los otros dos dragonmantes sacaron sogas de sus sotanas y la aferraron.
La alta y delgada dijo algo como—: Escúchennos, tremendas alas de llamas —en su voz altanera, y el bajo con bultos que cubrían su cara dijo—: Les ofrecemos este regalo, para que perdonen el resto de sus humildes devotos. —Luego el líder, el engreído que siempre comía todo el queso de cabra en las celebraciones, empezó a decir—: Gracias por las vidas de los...
Pero Chochín no lo dejó terminar. Reconoció las palabras que salmodiaban. Las había leído en uno de los libros que había tomado "prestado" del estudio del dragonmante principal. Esta era la ceremonia de Regalo para los Dragones, de verdad existía, Y AHORA ELLA ERA EL REGALO.
Después de muchos luchas y gritos y patadas, al fin lograron atarla, pero no podrían decir todas sus palabras estúpidas de bendición. Un dragonmante salió tambaleándose con una nariz sangrienta; otra agarraba su brazo arañado; el tercer renqueaba mientras salieron apresurados. Chochín les gritó cada palabrota que sabía mientras los aldeanos huyeron, evitando mirarla. Sus padres no miraron atrás ni una vez.
La dejaron en una gran roca que daba al río, donde el cielo era muy abierto y los dragones podrían verla fácilmente.
La idea, por supuesto, era que la niña se siente allí cortésmente y espere a ser devorada, como un buen sacrificio humano.
Pero eso obviamente no iba a pasar. Chochín nunca era cortés y casi nunca era buena. Y a Chochín no le gustó en absoluto el plan en que ella acabó devorada y todos los engreídos feos en su aldea seguían con vida. Esa fue la SUPREMA definición de injusto. Chochín era una hermana menor, así que sabía todo acerca de justo e injusto, y ser comida por dragones mientras estúpidos como Camelia se quedaban adentro, probablemente jugando con las muñecas de Chochín, ERA COMPLETAMENTE CIEN POR CIENTO INJUSTO.
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Alas de Fuego Leyendas #2: Matadragones
FantasyUna traducción de "Wings of Fire Legends #2: Dragonslayer", lanzado en inglés en 2020 por Tui T. Sutherland. Bajo la sombra de alas, humanos luchan para sobrevivir. Hiedra no confía en el Matadragones. Puede que sea su padre y el amado gobernante de...