— Eh... Eh? - iba a contestarme, aunque aún, ni siquiera, pudiera salir de mi estado de impresión, cuando, sin querer darme algo más de tiempo para poder procesar lo que ocurría, él soltó un bufido de frustración, comenzando a dar unos pasos hacia mí, haciéndome a un lado antes de que me arrollara, empujando con su gran brazo la puerta, haciéndola chocar contra la pared, produciendo un sonido sordo que me dejó quieto y encogido a un lado.
— Dylan! - llamó, entrando como si está fuera su propia casa y no la de su hijo, tan imponente y alto, con ese olor a alfa que me dejaba algo intimidado, mirando cómo su ceño se fruncía y elevaba la voz. - Dylan! Dónde estás?! - como si fuera un lunático, buscó con sus ojos en la pequeña sala, comedor y cocina, antes de que pudiera ir a la habitación que compartíamos, haciendo el amago de dirigirse hacia allí, pero, siendo interrumpido por mí.
Estaba nervioso, por supuesto, estaba hablando del padre de mi alfa, hasta podría llamarlo suegro, a no ser porque sabía perfectamente de que él me mataría si tan siquiera solo iniciaba la palabra, por lo que, solo atiné a reunir mi valor y encararlo, sintiéndome enojado al ver hasta qué punto era capaz de llegar para invadir su privacidad, sin tener en cuenta de que, su hijo, ya pasaba los veinte años, se mantenía por su cuenta, a excepción de la universidad, trabajando arduamente y estudiando con disciplina, respetándolos como se merecen al ser sus progenitores, y manteniendo su vida impecable y sana, siendo responsable y con la esperanza de tener una familia como cualquier otra. Dylan no era un chico malo para nada, antes había actuado un poco idiota pero, demostró no serlo accediendo a cambiar sus estereotipos e informarse para, después, descubrir que, todo lo que dijo e hizo alguna vez, solo fue el resultado de todas las malas influencias en su vida juntas. Fue lo suficientemente bueno e inteligente como para darse cuenta de sus errores y reconocerlos, tomando conciencia y sabiendo cambiar el rumbo de su vida a uno más calmado y autosatisfactorio, sintiéndose bien y tranquilo con sus elecciones, incluyéndome en su vida y esforzándose para que yo haga lo mismo con él. Todas las cosas favorables que había hecho en un inicio para recompensar el daño que me había ocasionado, fueron las mismas que, ahora, lo convierten en lo que es, siéndole más benéficas, al final, para él mismo que para mí.
Me envía un poco la sangre mirar a su réplica envejecida que venía siendo su padre, entrando e irrumpiendo en nuestro hogar con ese semblante molesto, altivo y grosero que desprendía, mirando todo sobre su hombro, como si fueran poca cosa, como si su propio hijo no se estuviera esforzando para conseguirlo, como si no valieran nada. Entonces, ahora entendía a la perfección la inseguridad de mi novio. Siempre trataba de parecer fanfarrón, divertido y estable, no obstante, todo parecía desmoronarse cuando se tocaba el tema de sus padres, haciéndolo figurar esa expresión de preocupación en su rostro hermoso, tan varonil que se veía vulnerable por sus ojos temerosos cuando pensaba en que sus progenitores lo visitarían o le llamarían, porque, sabía que, estos no serían tan "bondandosos", ni listos como para aceptarlo con todo y su preferencia sexual. Porque ellos condenaban a los homosexuales, siendo guiados por la ignorancia, creyéndolo un acto asqueroso, repulsivo y degradante, odiando a los de mi casta y tratándolos como basura, como incubadoras sin sentimientos, solo fábricas de bebés que se revuelcan con cualquiera con tal de ser satisfechas con algo tan puro como lo es el amor. Pero, ellos no parecían conocer esa palabra, porque, esa era la única explicación que yo lograba encontrar para justificar el hecho por el que unas personas no pudieran querer y proteger a su hijo solo por que le guste una persona de su mismo sexo.
— Está en la universidad en este momento. - alcé la voz, no de manera grosera ni altanera, solo lo suficiente para que me escuchara, procurando sonar amable. Y, ahora pensaba que, de verdad que era lamentable no poder hablarle como quería en realidad, porque temía que se lo tomara a mal y se molestara aún más.
ESTÁS LEYENDO
¿Le temes al Amor, o a MÍ?
WerewolfEstá historia es Omegaverse y Yaoi, si no te gustan estos géneros te invito a retirarte para evitar mal entendidos y problemas. Sinopsis: Chris es un chico Gay beta, Dylan es un alfa Homofóbico, Ambos se han ignorado, hasta que, en un encuentro comp...