¿Le temes al Amor, o a MÍ?

Capítulo XVIII

- Christian! Espera un momento! - insistió volviéndome a tomar para que girara y quedara frente a él.

- Déjame en paz, Dylan! - solté y él pareció un poco sorprendido. Era obvio que nunca le había hablado así.

- No, tranquilo, no te molestaré, solo quiero saber si estás bien. - lo que dijo de alguna forma me hizo gracia.

- Jaja! Estoy malditamente bien! Gracias a ti y a tus estúpidos amigos! - dije empujándolo. Me sentía desquiciado.

- Qué? Espera - dijo sujetándome las manos.

- Suéltame! - comencé a forcejear.

- Cálmate, tranquilo! - usó su mano libre para levantar mi cara. Me miró y su ceño se frunció - Estás, estás llorando?

- No te importa! Solo suéltame! - grité y el repentinamente me abrazó.

- Qué te hizo ese viejo?! - preguntó refiriéndose al director.

- Qué me hizo, dices?

- Contesta.

- Ya deberías saberlo.

- Qué? - sonaba confundido.

- Fue tu plan después de todo, no?

- A qué te refieres?

- Suspendió mi beca, bien?! - solté alejándome de él, causando que mi capucha se callera y la lluvia terminara de empapar mi cabello. El no respondió, solo me miró sorprendido. Tenía los ojos muy abiertos - Estás feliz ahora? - dije mientras limpiaba mi rostro de las lágrimas que seguían callendo a torrentes - Yo... Nunca te hice nada, maldición! - quería dejar de llorar, solo estaba haciendo el ridículo frente a él.

- Christian yo no quise-- habló acercándose a mí.

- Basta, Dylan! - lo interrumpí retrocediendo - Siempre fue tu intención hacerme quedar mal! Siempre... Me humillabas e incluso golpeábas! - sentía cómo estaba sacando todo lo que tenía guardado. Estaba liberándome - Tú y tus amigos, aléjense de mí! *Snif* sólo déjenme tranquilo... - dije para darme la vuelta y apresurarme a alejarme y salir del instituto.

Crucé la acera y me dirigí a mi casa. Eran las tres de la tarde y de seguro Alice ya había llegado. No quería que me viera así pero era el único lugar que tenía.

Seguía caminando y de pronto una chica chocó conmigo.

- Disculpe! Tengo prisa! - dijo dándose vuelta para mirarme.

- Eliza?

- Christian! Qué hacer por acá?

- Vivo por aquí. - miré su mano y sostenía una bolsa de una farmacia - tú hermano está bien?

- Ah si, solo que no se le baja la fiebre así que salí por medicinas.

- Deberías llevarlo a un médico.

- No es gran cosa, siempre se enferma así, es normal en él.

- Segura?

- Ajá! Oye, que tienes? - dijo tomando mi cara - estás bien?

- Sí, sólo que hoy no fue un buen día. - dije sobándose la naríz.

- Fue Dylan?

- No exactamente, pero algo así.

- Ok? Sabes qué? Quieres venir a mi casa?

- Pero tus hermanitos?

- Oh vamos! Te animará sus compañias! - dijo jalándome del brazo.