Capítulo XLI

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Aquí la segunda parte del Lemmon 7u7. Está vez será narrada por Dylan, ya que quería darle su espacio a cada personaje.

                         ∆∆∆Dylan∆∆∆

- E-está, está bien. - contestó mirándome nervioso a los ojos. Aunque estuviera impaciente por hacerlo, quería estar completamente seguro de que él también lo deseaba, por lo que miré fijamente su rostro esperando que se arrepintiera, pero aún así lo único que hizo fue asentir y sonreir dulcemente. Fue en ese momento cuando sentí que perdería mi cordura y me apresuré a quitarme unas cuantas prendas. Tomé el lubricante y los condones que tenía en mi mesa de noche. Volví con él y retiré sus pantalones y ropa interior dejándome ver la lechosa y suave piel de sus pequeñas pero estilizadas piernas, al igual que su curvilínea cadera y vientre. Era realmente bonito y adorable, tenía leves pecas esparcidas por todos su cuerpo, a demás de que su figura no sólo era bien proporcionada y delgada, también regalaba una vista muy sensual e inocente, provocándome aún más.

Podía sentir mi miembro temblar y endurarse aún más. Quería tomarlo ya mismo pero no podía, deseaba cuidarlo como si fuera mi pequeño tesoro, porque era más, mucho más que eso.

- Abre las piernas - pedí ya que él estaba tapándose con una de sus pequeñas manos. Obedeció y despacio abrió sus extremidades dejándome ver su rosado y suave miembro, al igual que su entrada la cual ya se apreciaba mojada.

- Ah! Mmmpf! - gimió sonoramente tapándose más la boca con su mano cuando me coloqué entre sus piernas y comencé a chuparlo. Debido a que su miembro no era muy grande, ya que era proporcional con su pequeño cuerpo, se me facilitó el introducirlo completo en mi boca, sintiéndolo temblar y retorcerse, moviendo un poco sus piernas las cuales yo sujetaba desde los muslos para abrirlas más - Mmmm! - reaccionó más cuando comencé a besar y lamer la punta de su miembro, por lo que había aprendido en los mangas y por experiencia, era que el glande era la parte más sensible del pene. Pensando en esto quise saber cómo reaccionaría su lamía su entrada también.

- Sabes delicioso... - y era verdad, no podría explicarlo pero de alguna manera sabía dulce.

- Ah! Ngh! Mmmh! - miré hacia arriba y lo ví sonrojado y tapando su boca con su mano, sus ojos estaban entre abiertos mientras gemía delicada y ahogadamente.

- No te tapes, quiero oírte.

- Ha! Ah! Ha... - quité su mano y pude oir sus bellos y desesperados jadeos y gemidos. Se retorcía y apretaba sus manos en la cama. Era realmente provocativo. Tomé de nuevo el bote de lubricante y lo coloqué en mis manos.

- Q-qué vas a... hacer? - dijo mirándome y levantándose un poco. 

- A pesar de que ya soltaste tu lubricante natural, quiero estar seguro de no lastimarte.

- Lubricante? - repitió sin entenderme.

- Es para que entre más fácil. - hablé divertido mostrando mi entrepierna  haciendo que él abra bastante los ojos al percatarse de mi erección.

- L-lo vas a meter y-ya? - jadeó y me miró asustado arqueando sus piernas cerrándolas instintivamente.

- No, si lo hago puedo lastimarte.  Primero te prepararé. - dije volviendo a tomar sus muslos listo para empezar a preparar su entrada.

- Ha... - soltó el aire que retenía cuando metí lentamente mi dedo índice. - A-ah... - su entrada era suave y resbaladiza. Su pecho subía y bajaba mientras yo veía cómo trataba de tranquilizar su respiración - Ngh... Ha! - gimió extendiendo más sus piernas cuando empecé a embestir su entrada suavemente.

¿Le temes al Amor, o a MÍ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora