¿Le temes al Amor, o a MÍ?

Capítulo XV

- Tranquila Sabrina, mejor vámonos, no hay que perder el tiempo con esta escoria... - agregó una de sus amigas mientras la tomaba del brazo.

Yo salí corriendo silenciosamente hacia mi casillero, traté de que no notaran tanto mi presencia. Afortunadamente solo pasaron a mi lado siendo la Omega quien estaba al frente del grupito.

Al irse ellas yo volví mi mirada hacia la puerta del salón, vacilé en volver a entrar pero terminé cediendo. Atravesé el umbral y miré que adentro seguía la chica a la que habían golpeado.

Me acerqué a ella, estaba sentada en su pupitre y mantenía su cabeza aconchada en la paleta mientras se cubría con sus brazos.

Por alguna razón me sentí identificado, algo parecido me había ocurrido a mí cuando se "descubrió" que era gay.

- Estás bien? - pregunté tocando levemente su mano con mi dedo índice.

- Súper bien! - dijo elevando energéticamente su cabeza sonriéndome haciendo que yo diera un brinco.

Era una imagen un tanto perturbadora, ella parecía contenta y emocionada pero tenía la mejilla roja y marcada por la mano de Sabrina.

- Segura? - pregunté manteniendo mi distancia, al parecer no estaba en sus cabales, parecía estar llena de vida pero de una manera hiperactiva.

- Súper Duper segura! Ay ya no aguantaba a la idiota de Sabrina diciendome qué hacer a cada rato! - soltó rápidamente.

- Ah, bien...

- Si! Sólo estuve con ella porque mis padres querían que "hiciera amigos". Pero la verdad, al carajo los amigos!

- Ah ok - no sabía que decir, estaba abrumado por su radiante energía.

- Si! Y tú?! También eres antisocial verdad?

- Ah, no voluntariamente.

- Ah si eso es obvio. Sabes no te conozco casi nada, solo sé de ti porque nos tocó en el mismo salón este semestre, pero verdaderamente nunca había visto que le hecharan tanta mierda a una sola persona. Aunque está claro que la mayoría de la gente son unos retrógradas que piensan que tener otra preferencia sexual está mal, parece que no tienen suficiente cerebro como para darse cuenta que los que están mal son ellos, osea "wtf?" con sus vidas. - y seguía hablando demasiado rápido.

- Ah, cómo sabes que yo...?--

- Oh vamos toda la universidad lo sabe, lamentablemente parece que tú privacidad ha sido exterminada.

- Jaja, cierto, tienes razón...

- Sí...

Extrañamente se quedó callada. El silencio se volvió a esparcir y a decir verdad no era incómodo, parecía que al fin había conocido a alguien, aparte de Alice obviamente, que no era homofóbico.

- Eres omega, verdad? - volvió a hablar pero con más calma.

- Si.

- Mucho gusto, soy Eliza, alfa - extendió su mano hacia mí, la miré y noté un tipo de guante sin dedos hecho de una red negra. La tomé y ella apretó levemente mi mano.

- Eres la primera alfa que no reacciona mal ante mi presencia.

- Y tú eres la primera persona que me cree que soy alfa, casi siempre se burlan de mí y no me creen.

- Ah, bueno, realmente no puedo percibir muy bien las feromonas aún pero pude sentir levemente las tuyas.

- Oh bien! Es raro porque soy una alfa resesiva.