Capítulo 7

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Es el chico desconocido que tanto me desconcierta, ¿pero qué hace aquí?  veo su cara de sorpresa al verme, eso quiere decir que tampoco él esperaba verme en este lugar.

—¿Tú qué haces aquí, me seguiste verdad? ¡qué no me puedes dejar en paz! —le digo tratando de cerrarle la puerta en la cara.

Casi logro cerrarla pero él la detiene con sus manos, la abre de nuevo y sin mi consentimiento entra a mi casa ¿qué se cree?

—No soy ningún acosador para seguirte, así que no te sientas tan importante, por favor.

¿Qué es lo que quieres? —le digo mirándolo con coraje.

Voltea a todos lados mirando la sala, de repente pregunta algo que no esperaba ni en un millón de años.

—¿Aún vive aquí la familia Valencia Mcguire?

—Duuh obvio, en el buzón de la entrada dicen los apellidos, te pudiste haber fijado antes de entrar como un loco y  de una vez por todas di ¿qué quieres y quién eres?

Abre los ojos en sorpresa y otra vez me vuelve a mirar de arriba abajo deteniéndose en mi cabello, veo sus ojos brillar en reconocimiento al ver una fotografía que está justo detrás de mí, en la fotografía estamos mamá, papá y yo cuando era una niña de 5 años abrazando a mi gato Escanor, quien ya falleció hace unos cuantos años.

—¿Eres Merlín cabeza de zanahoria? —luego de la pregunta murmura algo que no logro entender.

¿Qué le pasa a este tipo por qué me dice como me decía Andy... no puede ser él o sí?

—¿Eres Andy cara de moco? le pregunto con una voz temblorosa.

Suelta una carcajada profunda.

 —Vaya aún me recuerdas Merlín, ¿no has podido olvidar el beso que te di? —se comienza a acercar a mí, pero agarro el paraguas morado que está a un lado del sillón.

—Te acercas más y te golpeo con esto en tu fea cara —lo amenazo.

Claro que todavía recuerdo ese beso, fue el primero de mi vida en ese entonces me pareció asqueroso lleno de baba, pero bueno no sabíamos cómo era un beso.

En lugar de intimidarse ante mi amenaza, me da una sonrisa arrogante, se acerca a la mesa del centro y agarra una fotografía mía de cuando era más joven, la mira durante unos segundos y la vuelve a dejar en su sitio.

—No has cambiado casi nada, no sé porque no me di cuenta que eres tú la chica amargada de la discoteca, con ese pelo y tus ojos verdes debí de reconocerte, ya que como sabemos no es muy común alguien con tus características en este sitio.

Él tampoco cambio mucho sólo creció demasiado.

—¿Qué haces aquí? —pregunto.

Se recarga en el respaldo del sofá verde.

 —Recibí la llamada de un abogado que me dijo que tengo que presentarme en una notaría de esta ciudad el viernes, tengo entendido que mi madre dejo un testamento y bueno aprovechando que estoy aquí decidí en visitar a mi vieja amiga la cabeza de zanahoria, pero no tenía idea de que ya te había visto—niega con su cabeza.

Eso de que también a él lo hayan buscado para lo mismo que a mí me da mala espina, esta sorpresita me está causando un dolor de cabeza.

—Yo también tengo que ir a ver lo del testamento de mi papá aunque claro, son cosas totalmente diferentes y ahora te invito a irte, tengo que ir a trabajar —le digo acercándome a la puerta y abriéndola.

—Interesante y ¿de que trabajas?, en un circo siendo una exposición por tu color de cabello raro —me dice caminando hacía la puerta.

—En una biblioteca y adiós —lo empujo fuera de mi casa al hacerlo toco su espalda fuerte y esta vez no opone resistencia.

Cierro la puerta y me derrumbo detrás de ésta, respiro profundo y me levanto para asomarme por la ventana espero ya se haya ido, cuando recorro la cortina veo que se está subiendo a su auto un cámaro color negro, que buen gusto tiene. Ay no puedo creer que ese tipo que me inquieta y me hace soñar con él dormida y despierta sea Andy, el mismo Andy que de niña me molestaba, el cara de moco que hoy se convirtió en alguien guapísimo, para que negarlo.

Ya en la biblioteca, después de acomodar varios libros en la sección de literatura infantil, escucho que mi celular esta vibrando debajo del mostrador, lo agarro y veo que es una llamada de mamá, casi nunca me habla en hora de trabajo así que debe de ser algo importante.

—Bueno ¿que ocurre mamá?

—Hola Merlín, no sucede nada malo no te asustes, sólo quiero decirte que Marcus me contacto en la mañana por teléfono para decirme que Andy regreso a la ciudad y que pasará a visitarnos ¿No crees qué es genial?

Ay mamá si supieras que ya lo vi varias veces pienso.

—Ya fue a la casa hace rato mamá... no lo reconocerías... tengo que colgar ya viene mi jefe—le digo colgando rápido.

A causa de lo nerviosa que estoy al pensar en Andy es que cometo varios errores en mi trabajo,  mi jefe me da unos minutos para que "descanse" y despeje mi mente, me voy a sentar a una de las mesas que están desocupadas.

Pienso en llamar a Yaneth para contarle sobre el regreso de Andy, pero me arrepiento porque Jorge, mi jefe está observándome, agarro mi mochila y me pongo a hacer mi tarea de historia.

Aunque no lo parezca si tengo un poco de responsabilidad, sobre todo aquí en mi trabajo, ya que necesito el dinero para ir a un concierto de mi banda favorita.

Después de 20 minutos escribiendo en mi cuaderno sobre la segunda guerra mundial y las causantes de ésta, Jorge me dice que vaya a acomodar unos libros que acaban de llegar.

Mi jefe es muy buena onda, es un señor como de 40 y tantos años, un poco gordo, calvo y usa lentes de aumento. Tiene 3 hijos, la mayor es mi compañera en la preparatoria, se llama Fernanda pero casi no le hablo porque es muy tímida. Tengo trabajando aquí varios meses y la verdad me siento agusto, a pesar de que al principio me resistía a trabajar en este lugar, me gusta la tranquilidad que tiene.

Por fin es mi hora de salida, agarro mi mochila, me despido de Jorge y salgo, ya que él se encarga de cerrar, tengo que irme a mi casa caminando son 15 minutos, ya está oscureciendo y se empieza a sentir frío, hoy no traje mi sudadera, por todo lo que paso con Andy se me olvido,  voy caminando tranquilamente por las calles, ya casi llego a mi calle, sólo me falta caminar frente a un callejón que tiene mala fama porque ahí se reúnen los vagabundos, hasta el día de hoy siempre que he pasado por aquí no hay peligro.

En mi mente voy tarareando la letra de una canción llamada "Inevitable" de Shakira, no sé porque pero me gusta. 

Tal vez es paranoia mía, pero justo cuando estoy por pasar el callejón escucho pasos atrás de mí, no siento miedo, sin embargo no me gusta esa sensación de ser perseguida por alguien, no me atrevo a voltear, mejor apresuro mis pasos, estoy a punto de dar la vuelta en la esquina cuando siento que me jalan del brazo para posteriormente taparme la boca para que no grite.

Tú, ¿Mi hermanastro?  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora