Se acercan las fechas navideñas; aunque no son mis favoritas, me entusiasma porque saldré de vacaciones y dejaré de ver a Regina junto a sus amigas insoportables. Y por increíble que parezca no voy a reprobar materias.
—Eres mi cabeza de zanahoria favorita — Andy habla interrumpiendo mis pensamientos.
Dejo de cepillar el pelo negro como la noche de Salem quien está acostado encima de mis piernas mientras vemos una película.
—¿Quieres qué te diga que tú eres mi cara de moco favorito?— le cuestiono viéndolo comer palomitas con limón y salsa.
—Sería lo ideal después de lo que yo te dije— sonríe de lado antes de atrapar una palomita en el aire.
¿Yo diciendo eso? No lo creo, amigo o hermanastro; como sea.
—vete a dormir, ahí en tus sueños es el único lugar donde yo diría eso, en la vida real lo diré cuando mi gato hable francés— bromeo.
Pienso que se va a molestar, pero resulta ser todo lo contrario su risa ronca causa sensaciones dentro de mí que no quiero sentir, me resulta inevitable al ver sus ojos y su sonrisa.
—¿Por qué eres tan hermosa y tan difícil a la vez? — se acerca a mí y Salem se baja de mis piernas.
Su cercanía y sus palabras cursis me enoja, pero me molesta más el que me sonrojen, siento mis mejillas arder.
—Mejor cállate — respondo mirando sus labios.
Cállalo con un beso, grita mi subconsciente.
—Te llevo a tu trabajo y después paso por ti — acaricia mi mejilla antes de besarla.
Quien lo ve con su imagen de chico rudo lleno de tatuajes piensa que no tiene sentimientos, la realidad es otra; él es alguien tierno.
Me levanto del sofá y voy por mi mochila a mi habitación, al salir me encuentro a Andy recargado en el marco de la puerta, está usando el uniforme de la pizzería, de la gorra salen mechones de su cabello lacio, se ve muy guapo la verdad.
Nos subimos al auto negro, y enciende el radio dejándolo en una estación donde ponen música en inglés.
—No olvides que pasaré por ti en la noche — me da un beso en la comisura de la boca.
Yo sólo asiento y me bajo del auto, abro la puerta de la biblioteca, dentro hay varias personas leyendo.
—Buenas tardes don Jorge — saludo dejando mi mochila en el estante.
—Buenas Merlín, llegaron nuevas ediciones de libros sobre física, ponlos en su lugar por favor — pide mirándome a través de sus feos lentes de fondo de botella.
La tarde transcurre acomodando libros y atendiendo a estudiantes molestos; según el reloj que está en la pared falta media hora para mi salida. Estoy aburrida limpiando en el área de literatura clásica, cuando escucho que se abre la puerta del local.
—Buenas noches, rojita hermosa — habla Andy.
¿Qué hace aquí? Las veces que viene por mí nunca ha entrado.
—¿Qué quieres? — pregunto viéndolo con los ojos entrecerrados.
Tan amable que eres.
—Verte — su hermosa sonrisa me cautiva.
Niego con la cabeza, por dentro me gusta que me diga esas cosas, pero no lo admitiré en voz alta y espero algún día poder ser un poco más cariñosa, ojo no prometo nada.
—Que buena labia tienes, ¿Querías conseguir un besuqueo en el área de libros románticos? Porque si es así puedes irte por donde viniste — le guiño el ojo señalando la puerta, le doy la espalda.
ESTÁS LEYENDO
Tú, ¿Mi hermanastro? (Editando)
De TodoMerlín y Andy son dos adolescentes que se conocen desde que eran niños, sus papás fueron amigos, pero por un secreto inimaginable que sucedió entre sus padres hicieron que los jóvenes se dejarán de ver durante 10 años. Un día a ambos les llega una...